Las 5 parejas que fuimos expulsadas del hotel por la carencia de agua, no tuvimos que pagar el desayuno pues nos lo dieron de cortesía, seguramente por la afrenta de que fuimos objeto. |
El bufet fue como en todos los hoteles: chilaquiles, huevos en salsa, frijoles refritos y taquitos en salsa de frijol; además se podía pedir huevos al gusto, quesadillas y gorditas. |
Aún así, nos asignaron una mesera para que el servicio fuera óptimo, tanto, que con una diligencia digna de encomio, fue a un café cercano para satisfacerme con un expreso que allí no había. |
Cada quien con su pareja dada la restricción de las mesas. |
Excepto Pompe debido a que Yola prefirió salir a comprar una artesanía. |
Y también Octavio y Tina quienes le hicieron un lugar a su hija Maru. |
Captamos a Bruno portando muy orgulloso una playera conmemorativa de sus 80 años, pero viéndola bien, era de los 80 años de PEMEX. |
Con toda puntualidad nos recogió el tren en el cual haríamos un recorrido por la Ciudad. |
Nos acomodamos conforme fuimos subiendo. |
Caco luciendo su gorra de Cheyennes. |
Seguíamos sentados y el guía no aparecía después de casi media hora de espera. |
Del lado izquierdo vemos parte del Palacio de Hierro. |
Este es el frente. |
Esta es la Catedral de San Miguel Arcángel. |
Fachada típica de las construcciones, hoy convertida en centro escolar. |
Pasamos por un puente desde donde divisamos el río. |
El Cerro del Borrego a donde se llaga por el teleférico; por cierto, allí fue en donde nos hicieron pomada los franceses en su segunda intervención. |
Aquí vemos al Río Orizaba. |
Otra vista del río. |
Uno de los atractivos del río es que tiene una reserva animal; vemos a un para de iguanas. |
Alcanzamos a distinguir unos venaditos. |
Y a un pavo real. |
Otra vista del río. |
Y otra más. |
Hicimos una escala para tomarnos la foto. |
Y otra que amablemente sacó Rafa para que yo saliera en ella. |
Por fin llegamos al teleférico; así se ve desde abajo. |
Esta es la terminal. |
Y empezamos a subir. |
Muy lentamente. |
Más arriba. |
Empezábamos a dominar visualmente la Ciudad. |
Desde la cabina. |
Bruno, un poco nervioso, dirige su mirada hacia arriba buscando la bendición del Señor, mientras que Lalo y Judith ven hacia abajo. |
Una selfi con Cristy y Jose. |
La Ciudad cada vez más lejana teniendo como fondo la sierra. |
Nos cruzamos con el teleférico que iba de bajada. |
Ya casi llegábamos a la cima. |
Foto tomada poco antes de descender. |
Por fin llegamos, descendimos de la cabina y todavía tuvimos que trepar por un empedrado, desde donde vislumbramos este panorama. |
El paseo apenas daba inicio, pero dadas nuestras condiciones precarias, decidimos retornar, no sin antes tomarnos la foto con Sergio, Bruno, Cristy y Jose. |
Pero antes tomamos la última foto sin siquiera acercarnos al mirador, ya que, según pueden apreciar, el terreno era un empedrado que dificultaba nuestro andar con bastón. |
Ya de regreso nos tocó con Yola y Pompe; al fondo, el cerro del Borrego. |
Y ahora íbamos para abajo. |
Lo que aprovechamos para obtener más fotos. |
Ya casi llegábamos. |
Fin de la experiencia. |
En menos de una hora ya estábamos en Córdoba; aquí nos bajamos del autobús para comer en el restaurante El Tabachín de Zevallos. |
Este es el jardín principal. |
Foto tomada antes de entrar al restaurante. |
Nos tenían reservadas 6 mesas en una de las laterales. |
De inmediato, Rubén se dio a la tarea de colocar una botella de vino en cada mesa, pues previamente había negociado descorche libre. |
Y acercar una mesa más para acomodarse con Álvaro. |
Una mesa de solamente 4. |
Otra mesa de 4; como entrada, nos sirvieron 2 tapas al mero estilo español. |
Que hicieron un perfecto maridaje con el vino tinto; atrás podemos ver a 2 elementos del trío que nos tocó boleros de nuestra época. |
La cámara nos empezó a fallar; de ahí que las fotos salieran ilegibles. |
3 solitarias damas, hasta que este servidor llegó a acompañarlas, por eso las ven tan contentas. |
Al final decidimos juntar las mesas para escuchar boleros románticos de nuestra época, con el trío que ofrecía sus servicios. |
Tomamos otra foto para que saliera Ladislao. |
Así abandonamos esta bella Ciudad de Córdoba, despidiéndonos con esta foto. |
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