11 abril 2018

Nuestro viaje a Orizaba, Córdoba, Jalapa; primer día.

Hoy iniciamos otro viaje organizado por Rubén Serros; con un retraso de 1/2 hora, a las 8:30 a.m. partimos hacia Puebla en un autobús de super lujo rentado a una empresa particular; finalmente, solo viajamos 29 personas; 14 compañeros y 15 damas, entre las cuales estuvo Pompe, la viuda de nuestro querido Zenén Gálvez, a quien vemos en primer término; otra de las damas fue Maru, la hija de Tina y de Octavio.
Después de aproximadamente 2 horas, llegamos a desayunar al famoso restaurante "Los Almuerzos" de Puebla; conforme fuimos llegando nos acomodamos en 5 mesas dentro de un salón, que gracias a las gestiones de Rubén, ya nos tenían reservado; aquí vemos una panorámica de los comensales teniendo en primer plano la mesa en donde ubicamos a Rosi, Pily, Orlando, Cristy y Caco de espaldas.
Un acercamiento.
En la segunda mesa vemos a Álvaro, Estelita, Lalo, Judith, Pedro y Rebe.
En la mesa 3 captamos a Bruno, Rubén, Tere, Gonzalo, Cuca y Jose.
Cuca y Jose.
Cuarta mesa: Pompe y su amiga, Maru y Tina, mientras Octavio estaba en el baño.
Muy sonrientes vemos en la mesa 5 a Rafa, Sergio, Ladislao y Margarita.
En la misma mesa 5 sorprendimos a Beto, Sergio, Ladislao, Margarita e Ivonne.
Otra vez la mesa 1.
Se acercaron Rubén, Estelita y Judith para tomarse la foto con nosotros.
Pedimos la presencia de Octavio para que saliera en la foto.
Después de pagar la cuenta, lo que no tuvo mayores complicaciones, ya que nos las dieron por mesa, misma que fue prorrateada, Rubén le indicó al conductor se detuviera un momento para cargar los vinos que previamente había comprado en una tienda cercana, por cierto, a un precio bastante razonable; una vez hecha esta operación, nos enfilamos directamente hacia el Museo del Barroco.
Llegamos al museo ubicado en la Zona Angelóplis.
Momento en que descendíamos del autobús.
La fachada captada desde el autobús; tiene una extensión de 18,000 m2 y fue inaugurado el 4 de febrero del 2016.
Nos aproximábamos a la entrada; cabe observar que el museo cuenta con un acervo de 13 países y sus piezas provienen de 21 museos y de colecciones privadas.
En perfecto orden entrábamos al museo; nuestro deseo de pagar se truncó pues por ser miércoles la entrada era gratuita.
Lo primero que nos llamó la atención fue una maqueta monumental de la Ciudad de Puebla basada en un plano de 1754.
Otra vista de la maqueta.
En una de las salas; por cierto, el museo cuenta con 8 salas permanentes, de manera que para apreciar debidamente su contenido sería necesario programar una visita de uno o dos días completos.
Figuras talladas que son una verdadera obra de arte.
Como también son las pinturas.
Que admiramos en un acercamiento.
Como aquí pueden apreciar.
Pinturas y esculturas.
Más pinturas y esculturas.
No pudimos recordar quien era este personaje.
Vean que belleza.
Y esta otra.
Muebles y decorado estilo barroco.
La crucifixión del Señor.
"El Caballito" de Carlos V? con lo que dimos por terminada nuestra visita, ya que teníamos que tomar camino hacia Orizaba, en donde ya nos esperaban para comer; temerosos de que nos fueran a cancelar la reservación, Rubén optó por diferir nuestro registro en el hotel hasta después de la comida.
Después como de 2 horas hicimos nuestro arribo a la bella Ciudad de Orizaba; si hacen un esfuerzo visual podrán distinguir la fábrica de unas famosas pastas, a cuyo costado está pasando el ferrocarril que para nosotros los capitalinos es una pieza de museo.
Llegamos al restaurante Romantxu de una extensión considerable, ya que es uno de los 7 locales enclavados en una área que fuera un gran asilo para personas mayores; este restaurante cuenta con varios salones exclusivos y su decoración es excelente; nos montaron una mesa para 30 comensales, 12 de cada lado y 3 en cada una de las cabeceras.
Una de las esquinas.
Una lateral.
Una de las cabeceras.
La misma lateral vista desde el otro extremo.
Otra de las laterales.
La otra esquina.
Momento en que hacíamos el clásico brindis.
La comida fue regional; de entrada nos sirvieron una sopa de tortilla con queso gratinado.
Y de platillo principal robalo a la veracruzana con aceitunas, morrones, cebolla y alcaparras acompañado de verduras y arroz blanco; después de saborear tan exquisito platillo, todavía nos dimos el gusto de hacer sobremesa con el buen vino tinto de Rioja que llevamos y que nos permitieron descorchar sin costo adicional; nos disponíamos a abandonar este lugar cuando cayó un verdadero diluvio, por lo que fue necesario aguardar hasta que, llegada la noche, optamos porque los meseros nos acompañaran al autobús provistos de sombrillas; pero no pudimos emprender la retirada, ya que Sergio y Pedro faltaban; en vano se trató de localizarlos por el celular, hasta que alguien optó por bajarse del autobús para acudir en su busca en pleno diluvio; encontraron a los 2 encerrados en un salón al que se habían  introducido por curiosidad sin que nadie se percatara; obviamente no habían podido abrir ni comunicarse por el celular.
En menos de 15 minutos llegamos a nuestro destino: el hotel Ha.
En donde nos esperaban con una novedad: el sistema hidroneumático del hotel se había averiado y 5 habitaciones se quedaron sin agua; a criterio de la administración, nos designaron, a 5 parejas, un hotel alterno, si bien los empleados llevaron nuestras maletas a sendos taxis cuyo costo corrió por cuenta del hotel; alejados de nuestros chómpiras, no tuvimos más remedio que irnos a dormir, terminando así el primer día de nuestro viaje.

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