16 marzo 2020

Amena y divertida tarde con Emilio y Dolly.

Aprovechando su estancia en esta Ciudad de México, hoy nos reunimos a comer con Emilio Díaz Cervantes y su esposa Dolly; ellos habían viajado desde Durango, para la presentación de la tercera edición de su libro Ricardo Castro, el pasado lunes 12 de marzo; en la foto vemos a Emilio en medio de Bruno y Carlos, quien organizó esta reunión.
Dolly e Irene, la esposa de Carlos.
Otra grata sorpresa fue reencontrarnos con Ignacio Fromow y su esposa Lulú, con quienes no compartíamos momentos felices desde hace varios años; ellos fueron los anfitriones de Emilio y Dolly.
Momento en que Bruno saludaba efusivamente a Lulú.
Empezamos a acomodarnos en la mesa.
Pero otros seguían de pie, saludándose mutuamente.
Por fin nos sentamos e inmediatamente Emilio empezó a contar anécdotas.
Mientras le servían el mezcal que pidió, platicaba sobre las bondades de esta bebida originaria de Oaxaca, con lo cual Zoilo y Carlos quedaron más que complacidos, pues sabido es que los 2 son de aquellos rumbos.
Era de tal amenidad su charla, que captó la atención de los presentes.
Como aquí vemos a Felipe y Luis Rolando.
Como de costumbre, Zoilo fue el encargado de ofrecer la comida, refiriéndose en primer término a la alegría que nos daba convivir con tan notables escritores.
Enseguida mencionó que otro motivo para sentirnos contentos, era la presencia de Ignacio y su esposa Lulú.
Finalmente, tomó del hombro a Rafa y viendo de reojo a Felipe, alzó su copa para pedir brindáramos también porque, finalmente, los dos habían suspendido su viaje a España e Italia, con lo cual todos salíamos beneficiados.
Emilio se puso de pie para chocar su copa de mezcal.
Y saborear el elixir de los Dioses.
Hubo algunos que brindaron con sangría.
Nacho también se puso de pie para brindar.
Nos sirvieron una exquisita sopa de pasta, pero eso no fue obstáculo para que Emilio continuara con su plática.
La botana, que normalmente es de 3 tiempos, ahora fue de solo 2, pero con eso bastó para sentirnos satisfechos; el platillo principal consistió en una carne asada, suave y con muy buen sabor, acompañada de chilaquiles verdes con queso y crema.
Un poco tarde hizo su aparición mi tocayo Luis, quien olvidándose del protocolo, saludó a Felis de mano.
Pero cuando llegó con Emilio recapacitó y el saludo fue de puño.
Mi tocayo tomó asiento en el lugar que le correspondía a Juan Manuel, quien no pudo asistir por encontrarse un poco indispuesto.
Terminada la comida, Emilio nos sorprendió nuevamente con una serie de versos que para nosotros eran totalmente desconocidos.
Para concluir con uno bien conocido: "En Paz" de Amado Nervo; lástima grande que no asistió Joel para que le hiciera competencia.
La concurrencia de un extremo de la mesa, daba muestras de estar embelesada.
Y también la del otro extremo.
Terminados los versos, Emilio se sentó, solo para proseguir, ahora con un anecdotario de su vida personal, a cual más de interesante por haber sido hijo de quien fue: Don Jorge Díaz Serrano.
"Hasta aquí llego" pareció sugerir con este ademán, al mismo tiempo que terminaba comentándonos su próximo proyecto y que sería su obra cumbre, un libro que ya tiene título: "Emilio"
Antes de despedirnos, nos tomaron la foto del grupo; en el orden acostumbrado vemos a Carlos Palacios, Irene, Dolly, Emilio Díaz Cervantes, Zoilo Mendoza, Rafa Paredes, Felícitos Hernández, Luis Gonzáles S., Felipe Varea, Luis Rolando Figueroa, Lulú, Ignacio Fromow, Bruno Pecero y Héctor Barrera.
Antes de abandonar La Rambla, posaron nuestros invitados, Nacho, Emilio y Dolly, con Felipe, Rafa y Luis.
Despedida definitiva; Emilio y Dolly abandonan la terraza con la esperanza de algún día los visitemos en Durango.

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