31 marzo 2016

Nuestro viaje a Guanajuato, primer día


Otra vez nuestro querido chómpira Rubén Serros se esmeró por organizar un viaje que sería inolvidable; no obstante lo atractivo y divertido que resultó, en esta ocasión hubo imponderables que impidieron a algunos compañeros asistir; de 38 lugares previstos en el autobús, sólo confirmaron 14 compañeros para un cupo de 30 pasajeros y aún así, de último momento no pudo viajar Juan Vázquez por estar indispuesto, lo mismo que Efraín Aguado, sólo que él nos alcanzaría en Guanajuato, mientras que Gonzalo Farfán nos dejó plantados, por lo cual el 31 de marzo, en punto de las 8:00 a.m., 11 compañeros y 24 pasajeros emprendimos nuestro viaje a Guanajuato, cuyo primer punto de llegada sería León, en donde se incorporaría Gustavo Alfaro; en esta foto, nuestro primer desayuno en La Finca allá por el rumbo de Tepozotlán. 

Desayunando en La Finca, vemos a Rafa Paredes, Lety, Sergio Quezada, Ivonne y Tere.
El organizador, Rubén Serros, a la izquierda de Felipe Varea.
De frente vemos a Joel Narváez, Celia, Roberto Santana, Lalo Fernández, Judith, Estelita y Álvaro González.
Octavio De La Torre, Tina, mi nieto Arturito, Cristy, mi otro nieto Alain, Ladislao Bautista y Margarita.
Otra vez Ladislao, Margarita, mi hija Tita y mi yerno Arturo.
Tal y como estaba programado, llegamos a León a la 1:30 p.m. para que en un término de hora y media visitáramos la Plaza del Zapato en donde se ofrece calzado de primera calidad a precios muy económicos; estuvimos en varias tiendas y observamos una atención poca esmerada por parte de las empleadas; después de la caminata tomamos esta foto; el que está sentado es nuestro flamante chofer Rosalío, viejo conocido de todos pues nos ha llevado a varios paseos.
A las 3:00 p.m. teníamos que llegar al restaurante El Panteón Taurino; esta foto la tomamos antes de partir y serían como las 31/2; así que llegaríamos como con una hora de retraso; gracias a las gestiones vía telefónica de Tere, nos respetarían la reservación.
Y llegamos al restaurante; esto que ven es la barra semejando las gradas de una plaza de toros, solo que en lugar de personas sentadas son botellas de vinos y licores; nos enteramos que Gustavo nos alcanzaría en Atotonilco.
Otra vista de la barra.
Si el lugar es atractivo por su ambiente torero a base de fotos a todo lo largo de las paredes y las mesas que son las lápidas de los toreros fallecidos, la comida no se queda atrás por su gran variedad de cortes.


Nos juntaron 3 mesas largas del tamaño de una lápida c/u; nos dimos el lujo de comer sobre puro mármol (foto cortesía de Rubén Serros).

 
Un acercamiento para apreciar las parrilladas, aunque la de la izquierda, que corresponde a mis nietos, ya está vacía.
Otra vista.
Y otra más.
El alma de la fiesta fue Rafa; estaba tan contento que se paraba a brindar con todos.
Aquí lo vemos con Arturo, Tita e Ivonne.
La mesa que nos asignaron quedó saturada, por lo que Felipe, Rafa y Lety optaron por acomodarse en una más holgada.

La mesa de Lety, Felipe y Rafa vista desde el lado opuesto para que puedan apreciar la decoración (foto cortesía de Rubén Serros).
Rubén, Tere, Judith y Lalo.
Sergio, Celia, Roberto y Joel.
Otro brindis de Rafa, ahora con Rubén; como pueden ver al fondo, en la televisión no paran de pasar videos de corridas memorables, incluyendo cogidas que pasaron a la historia.
Felipe también se paró para brindar.
En el extremo izquierdo mis 2 nietos, Cristy, Álvaro, Estelita, Tina y Octavio.
De repente se apareció el toro y sin más ni más pretendió darle un beso a Rafa.
El toro con Judith y Lalo.
Con Rubén y Tere.
Ahora el toro le hace cosquillas a Ladislao.
Ante el asombro de la concurrencia, Ivonne se aventó al ruedo para dar algunos pases.
Momento en que Ivonne remata su faena.
Y con gran elegancia, arroja el capote al toro mientras se quita el sombrero.
Mi nieto Alain no quiso quedarse atrás y también se arrojó al ruedo.
Solo que aprovechó la música para pretender hacer un stip por lo que fue bajado de inmediato.
Vean a Roberto dar este pase con un estilo singular.
Ya era de noche y teníamos que emprender viaje a Guanajuato, así que tomamos la última foto.
Pero antes, la consabida bota que con gran beneplácito empinó Rubén ante la algarabía de la concurrencia.
Los meseros casi obligaron a Felipe a entrarle a la bota; ante tanta bebida Rubén decidió que nos retiráramos pues todavía teníamos que llegar a registrarnos al Hotel Castillo de Santa Cecilia en Guanajuato; llegamos tan cansados que ya no tuvimos la oportunidad de obtener fotos de nuestra llegada; así que aquí termina la reseña de nuestro primer día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comida jugada en el día más caluroso.

Mientras el termómetro marcaba una temperatura superior a los 30°C nosotros nos dábamos cita en La Rambla para continuar con nuestra tradici...