El viernes 5 de noviembre nos dirigimos en los 2 autobuses a un lugar conocido como San Martín Mexicapán, por el rumbo de Monte Albán; nos había invitado un compañero de trabajo de Roberto Santana, el Ing. Macedonio Villegas Bolaños, en nombre de la Asociación de Egresados del Politécnico; salimos del hotel a las 8 de la noche suponiendo que haríamos como 30 minutos, pero llegamos casi 40 minutos tarde debido al congestionmiento que se hizo en una calle cuyo nombre preferimos no recordar. En la foto una muestra de lo complicado que resultó cruzar 2 semáforos ¿sería porque era viernes?
Una manta nos daba la bienvenida; el lugar se llama Centro Social MIXZA, y es más bien una cancha de basquetbol en donde realizan todo tipo de eventos; el inmueble es propiedad de la Asociación Mixza que significa Mixteco-Zapoteco, fundada por el Ing. Inocente Caballero egresado de la ESIA, cuyo hermano Magdaleno es de la Generación 83 de la ESIME. 
Nos llamó la atención que los miembros del balet fueran en su mayoría jóvenes no mayores de los 16 años asi como niñas y niños; supimos que son hijos de personas oriundas de una población llamada San Francisco Yucucundo en donde nacieron ilustres politécnicos como los hermanos Caballero y Macedonio Villegas. Empezaron con el Jarabe Mixteco de la Región Mixteca.
La emoción que nos embargó no tuvo límites, pues una cosa es presenciar un espéctaculo como La Guelaguetza con bailarines profesionales, y otra muy distinta es sentir el calor humano de gente que monta sus bailables sólo para complacer a las amistades; conviene aquí mencionar que este grupo se sostiene con aportaciones de los padres de familia y de grupos de profesionales entre ellos los del IPN. Hacía su presencia la Región del Valle con la Danza de la Pluma.
Fuimos atendidos de maravilla; montaron una serie de mesas redondas en donde nos ubicamos para disfrutar del espectáculo; nos sirvieron tamales oaxaqueños, chocolate y un mezcal que se nos resbalaba sin querer por lo exquisito; lo peor (¿o lo mejor?) era que en cuanto veían que nuestra copa estaba vacía inmediatamente la llenaban.
Es costumbre que al finalizar un bailable, los danzarines arrojen frutas y comida a la concurrencia, además de los sombreros típicos; así que salimos repletos de panes, dulces, frutas y cada quien con su sombrero; notamos que nuestras compañeras no quisieron soltar las piñas que les fueron entregadas, pues las llevaron hasta México.
Un aspecto de la concurrencia ubicada en la cancha; en las tribunas se alojó al público ajeno a nuestro grupo (noten que todavía no había sombreros)
Los conductores del evento reseñaban las particularidades de los bailables en turno. En esta ocasión, "Llévame Oaxaqueña"de la Región del Valle
Primero la presentación y luego la descripción del bailable. El Jarabe Ejuteco de la Región del Valle.
Los integrantes de este número están entre los 10 y 12 años.
Uno de los clásicos de Oaxaca; baile en el cual debe notarse la sumisión al compañero y a la compañera. Se trata del Jarabe Yalalteco de la Región de la Sierra.
Otra faceta de este baile.
El mismo baile.
Y ahora uno más alegre. Sones Huastecos de la Región de la Cañada.
También es un clásico.
Nos quedamos meditando sobre la influencia de los genes; ellos traen la facilidad para bailar y para tocar cualquier instrumento de viento; dicen que un niño aprende a tocar antes de entrar a la primaria.
Otro detalle para meditar: el colorido de sus trajes que los hace llamativos, forman parte de sus costumbres y de sus gastos cotidianos. Aquí presenciamos los Sones de Betaza de la Región de la Sierra.
¡Vaya par de chamacos!
Iniciaba un baile de una sóla pareja. "Úrsula" de la Región de la Costa.
La Tonalteca de la Región de Tuxtepec.
Ahora intervienen niños y niñas que no llegan a los 10 años.
Otro ángulo.
En este baile se complican los pasos por la carga de piñas. A este bailable se le dió el nombre de "Flor de Piñas" y es de la Región de Tuxtepec.
La vestimenta es singular, tratándose de los Sones Huatecos de la Región de la Cañada.
Vean nada más que trajes. Salvo la mejor opinión de ustedes, no hay música más sentimental que la oriunda de la Región del Istmo; un ejemplo: "La Llorona"
Un acercamiento.
Otro acercamiento.
Otra peculiaridad es que conforme bailan dicen versos que provocan la risa de la concurrencia, pero antes, otra de la Región del Istmo, "La Sandunga"
Aquí la mujer dice un verso burlón para el hombre.
Foto que es una verdadera estampa de belleza.
Otra peculiaridad son los vistosos penachos.
Muchos llevan la estampa de la virgen de Guadalupe en la espalda.
Luciendo la efigie de la virgen.
Otra vez las piñas.
Un aspecto del bailable con piñas al hombro.
Nos deleitamos con el colorido de los trajes.
Otra más.
Aquí vemos otro bailable de la Región del Istmo: "La Tortuga"
Elegancia y ritmo.
Al finalizar una especie de despedida.
Se animaron a sacarnos a bailar; Oscar no desperdició las oportunidad de demostrar sus dotes de bailarín. Les contaré una anécdota: a él le gustaba bailar desde que era niño, pero su mamá se lo prohibió por suponer que eso sólo lo hacían los gays; cuando cumplió 50 años se incorporó a un balet folklórico con el cual hizo una gira a Europa.
Terminaba el evento y los compañeros no dejaban de admirar la despedida.
Un aspecto de la concurrencia, todos compañeros de nuestra Generación.
Felipe en primer término.
El Ing. Caballero agradeciendo nuestra presencia. Tomamos el micrófono para decir que los agradecidos éramos nosotros, personas que hacía 48 años habíamos egresado de una institución Nacional como era el IPN, todos con 70 años de edad, más o menos uno, oriundos de diversas regiones de la República Mexicana aun cuando entre nosotros había un Smith, no porque fuera europeo, sino porque su abuelito se había comido a un inglés.
Nos resistíamos a abandonar el recinto.
Cristy y Cuca con sus piñas.
Les pedimos posaran para perpetuar a quienes hicieron posible el espectáculo. Macedonio Villegas, Inocente Caballero y Magdaleno Caballero con nuestros compañeros, "Lobito", Roberto, Fidel, Joel y Felipe. Con este foto concluimos las actividades del segundo día en Oaxaca no sin antes comentar que en un afán de agradecimiento, intentamos entregar una cooperación en especie, pero no la aceptaron porque, según nos dijeron, ello desvirtuaría la función que cumplen. Creo, como seguramente estarán de acuerdo todos, que ésta ha sido la mejor experiencia tenida a lo largo de nuestra vida profesional. ¡Gracias Roberto Santana! ¡Gracias Macedonio Jiménez! ¡Gracias Rubén Serros!¡ Gracias hermanos Caballero!
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