Con suficiente anticipación, Rubén había tenido la brillante idea de reservar 50 lugares en el Restaurante "Pegueros" una especie de Arroyo pero mucho mejor y a un precio bastante razonable. De camino a México, nos desviamos para tomar la carretera que va a Celaya hasta encontrar Pegueros. Nos sirvieron una sopa y botana de la casa; después platones de carnitas, chamorro, guacamole, quesos, nopalitos, etc., tantas veces como se vaciaran los platones. El precio, no me lo van a creer ¡¡¡$120.00 por persona!!! Si encuentran algo similar en México favor de pasarnos los datos. En esta foto vemos el conjunto de las 3 mesas que ocupamos en el Restaurante. Un animalito no dejaba en paz a Octavio que con ansia se rascaba el cuello.
Nuestro grupo visto desde un lado del Restaurante.
Otra panorámica de nuestra comida en el Restaurante Pegueros.
La primera de 3 mesas grandes. Vean al Gato brindando.
Una de las mesas grandes a donde fue invitada Raquel para compartir con el grupo, abandonando un momento a su familia.
Otra de las mesas grandes.
No alcanzaron lugar en ninguna de las mesaa grandes y tuvieron que comer solitos muy tristes.
La mesa en donde se ubicó Raquel Belio con su familia, que fue la última foto en el Restaurante, ya que enseguida lo abandonamos para abordar el autobús. Fue en ese momento que pedimos el micrófono para que Samuel Maldonado expresara su idea de que cada uno de nosotros escribiera su semblanza estudiantil con el objetivo de hacer un libro que él se comprometió a revisar y conjuntar, además de pedir su publicación por parte del IPN. Después, unimos nuestras voces para gritar el tradicional Huelum, al que muchos de los comensales se unieron, lo cual nos indicó que en esta Ciudad de Querétaro habita un número considerable de Politécnicos.
La última foto de grupo antes de partir a la Ciudad de Máxico, teniendo como fondo el autobús.
Ahora sí se juntaron los 5 electrónicos: Lalo, Vicente, Raquel, Roberto y J. Reynaldo.
Rumbo a México, vean que en la parte posterior del autobús no había tiempo para desacansar dada las carcajadas por los cuentos de Juán.
La algarabía de los de atrás no llegaba a oídos de los de adelante; así que pudieron descansar como aquí se comprueba; tomen nota para el siguiente viaje: atrás se van los relajientos y adelante los serios: Con esta foto terminamos el viaje, pues sólo nos quedaba arribar a la Ciudad e México.
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Este comentario lo hago yo mismo sólo para demostrar a Oscar, Reynaldo y otros compañeros que sí se puede.
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