Para tan memorable acontecimiento, el propio Zoilo compartió un delicioso pastel elaborado en los rumbos de donde proviene, allá por San Juan de Aragón, Estado de México. |
Pero antes era necesario ingerir nuestros sagrados alimentos, cuyo primer tiempo fue este caldo de camarón. |
O esta riquísima sopa de tortilla con sus complementos como crema, queso y aguacate. |
Como segundo tiempo, arroz blanco con mole poblano coronado con un huevo estrellado. |
Y como platillo principal, este increíble "huarache" compuesto por una tortilla más grande que la habitual, frijoles refritos, un bistec en trozos, lechuga y queso. |
Platillo no muy recomendable para personas de nuestra edad, por lo que algunos preferimos esta ensalada: lechuga, palmitos, papa cocida, rebanadas de jitomate y cebolla, huevo duro y atún. |
Y para finalizar una tarde inolvidable, no hubo mejor terapia que mover las neuronas a través del bendito dominó, que en esta ocasión disfrutamos todos, pues pudimos armar dos mesas. |
En ésta podemos ver al festejado haciendo pareja con Sebastián en contra de Felícitos y su hijo Raúl. |
Y en la otra, Felipe y mi tocayo, en contra de Lobito y Héctor. |
Llegó la hora de apagar las velas antes de partir el pastel. |
No fue necesario mostrar en las velas el número de años cumplidos, pues ya no estamos en edad de presumir y además, todos sabemos que cumplió 83. |
Momento en que Zoilo concretaba el protocolo de apagar las velas ante el regocijo de la respetable concurrencia. |
Para concluir con un estruendoso aplauso, por la felicidad que nos daba ser testigos de la vitalidad que uno de nosotros todavía conserva. |
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