Pocos pero distinguidos.

Nos tenemos que resignar a que nuestras comidas semanales sean cada vez menos concurridas. No obstante de que hoy el reloj marcaba 1/2 hora después de nuestra cita, solo habíamos llegado 5, por lo que decidimos empezar a comer. Mary pidió una sopa de tortilla.

Acompañada de todos sus complementos como queso crema, chile de árbol seco, etc.

En el lado opuesto de la mesa, vemos a Felipe en solitario con una sopa de municiones.

Que aquí mostramos.

Como segundo tiempo nos sirvieron una pasta Alfredo's, es decir espaguetti con crema y queso parmesano.

Llegaba Héctor cuando nos sirvieron el platillo principal: chambarete en salsa de champiñones con arroz blanco y frijoles refritos negros con queso y sus respectivos totopos.

El cual mostramos como evidencia de que la botana sigue siendo de la misma calidad y para envidia de los que ya no quieren salir de su casa.

Como a Héctor no le gusta la carne, pidió las tradicionales enchiladas de mole.

Afortunadamente, tarde pero llegaron Lobito y Lupita.

Así como Felis y Elvia.

A quienes Mary les dio la bienvenida.

Héctor, Lobito, Lupita y Elvia; de pie Mary.

Isabel nos dio la sorpresa al presentarse, de improviso, para compartir como en los tiempos de no pandemia, con lo cual llenamos los 11 lugares que nos habían reservado.

Lobito quería platicar con Felipe sobre su más reciente hazaña: transportar e instalar hasta el norte de la República, un transformador de varias toneladas.

Felis, mi nieto Alain, Beto e isabel.

Identificamos en la fila de la izquierda a Felícitos Hernández Zúñiga, Beto Hidalgo Cano, Isabel, Mary y Luis Rolando Figueroa Noriega; en la fila de la derecha: Felipe Varea Gilabert, Héctor Barrera Jiménez, Armando López Mendoza, Lupita y Elvia.

Mientras unos jugábamos la ronda de dominó, Lupita, Elvia y Mary aprovecharon para saborear un rico café.

En esta mesa vemos a Felipe y Lobito en contra de Isabel y Héctor.

Y en esta otra, Beto y Alain en contra de Felis y yo.