Felis y Elvia. |
Zoilo, Bruno y Armando, nuestro querido Lobito. |
Cristi. |
Irene y Carlos. |
Como en nuestros mejores tiempos, Zoilo se levantó para pronunciar unas palabras que nos hicieron meditar acerca de los lazos que nos unen. |
Para finalizar con un brindis a base del acostumbrado vodka, haciendo honor a quienes le dicen Ruso. |
Empezamos con una ensalada verde muy surtida y de tamaño bastante generoso |
Después nos sirvieron una paella que nadie pudo terminar. pues vean su tamaño. |
Llegamos al tercer tiempo consistente en un filete de pescado empanizado con ensalada de lechuga y, para compartir, un plato de verduras y chiles encurtidos. |
Un acercamiento al filete de pescado. |
Después paladeamos un pescado a la Veracruzana con pimientos morrones y aceitunas. |
Para finalizar con una buena porción de lengua, parece ser que a la Gallega. |
Mientras los de buen estómago degustaban su postre (2 porciones de helado y una rebanada grande de pastel), Zoilo nuevamente se puso de pie, ahora para deleitarnos con su voz privilegiada. |
Entonó varias canciones que apreciamos no solo los de la mesa, sino de mesas vecinas, quienes aplaudían con cierto entusiasmo cada vez que Zoilo terminaba. |
Pueden ver al frente el helado y al fondo el pastel, interponiéndose un vaso de tehuacán, bebida preferida de Felis, mientras los demás nos dimos el lujo de tomar el clericot de la casa. |
Zoilo se lucía y nosotros no perdíamos detalle de sus ejecuciones. |
Hasta que llegó la petición de la concurrencia para que cantara Ojos Negros, lo cual hizo de inmediato ante el beneplácito de los parroquianos. |
Como aquí pueden comprobar. |
Por último, alzó su vaso para hacer el último brindis en señal de que todo había terminado. |
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