El pasado 23 de octubre del 2019. Ladislao Bautista Ledo tuvo la fortuna de cumplir 80 años; lo festejamos en grande con una comida en el Hotel Prado Galerías y es hasta ahora que estamos en condiciones de presentar su semblanza.
Ladislao Bauista Ledo; foto febrero del 2020. |
ING. LADISLAO BAUTISTA LEDO
Nací en la ciudad de México, el dia 23 de octubre de
1939. Realicé mi educación primaria en la Escuela Valentín Gómez Farías y mi
educación secundaria en la Escuela Prevocacional
número 5 del Politécnico, ubicada en el Casco de Santo Tomas; esta escuela fue
mi primer contacto con el Politécnico; mi boleta es la 64,723. En este Casco de Santo Tomás, el futbol americano
era el deporte mas importante, por lo que no pude resistir practicarlo, en 1956 en la categoría juvenil,
con el equipo Biología que entrenaba nuestro compañero de Generación Sergio
Armenta; en este equipo también jugó otro compañero de la Generación, nuestro
buen amigo Sócrates Díaz; por unos meses este deporte fue lo más importante
para mi; por cierto, ese fue el único año que pude practicarlo pues los campos
de entrenamiento quedaban muy lejos de mi domicilio y, además, mis
calificaciones empezaron a bajar, por lo que muy a mi pesar tuve que
abandonarlo; anexo una foto del equipo Biología
en donde aparezco con el numero 62, en el extremo derecho Sergio Armenta
y Sócrates Díaz con el número 70.
Adiós a la Prevocacional
5.
Los tres años en la Prevo 5 pasaron volando y sólo me quedó el recuerdo
de aquellos años maravillosos; en una ocasión, como 25 años después de haber
salido de la Prevo, sentí nostalgia por mi escuela y quise ir a verla aunque
fuera de lejos, pero que tristeza, ya mi escuela no existía (la habían demolído
y no quedó nada) más, sin embargo, todavía hoy a mis 80 años la recuerdo con
cariño y la vuelvo a ver en mi imaginación.
La Escuela Vocacional
Número 2. Del primer año en la
vocacional 2 recuerdo al inolvidable Maestro de Geometría Descriptiva, Alberto
Camberos y a la Maestra de Literatura, Batres; de compañeros de salón, recuerdo
a David Ricardo Pastrana, a los hermanos Germán y Francisco Jasso, Fidél Rebolloso,
Zoilo Mendoza, Raquel Belio, Victor Manuel Monsiváis, Hermilo Casas Alvarez y al Chapo Abel Prado
Martel; el primer año lo pasé muy bien y sin reprobar ninguna materia. En el
segundo año, me dio clases el mejor Maestro que jamás haya conocido: Esteban
Minor C. Desde el primer dia nos dijo, “yo llego a las 7 de la mañana y después
de mi no entra nadie al salón” y lo cumplió al pie de la letra, él nos dio Cálculo
Integral y para calificarnos hacía pruebas cada semana. Cuando pasaba a un
alumno al pizarrón y no podía resolver algún problema, lo comparaba con su
sirvienta Romualda (decía que su sirvienta era mas inteligente para resolver
problemas).
Educación
Profesional. Al inscribirme en
la ESIME me decidí por la carrera de Ingeniería Mecánica; al
principio tuvimos que llevar un curso propedéutico en Allende 38; el Maestro que nos dio el curso
fue Armando Fuentes López, el popular “Manitas” y fue el único curso que
llevamos en este recinto; después de terminar el curso jamás volvimos a tener
clases en Allende 38 pues nos cambiamos a Zacatenco, en donde sólo había dos
edificios terminados; me tocó estrenar
el primer edificio en el grupo 1M1, en el que todos los compañeros nos
mantuvimos muy unidos y pasamos juntos al 2M1 y después al 3M1; al finalizar el
tercer año realicé mis practicas en la Refinería de Salamanca y después iniciamos el cuarto año; la
intención era, como siempre, pasar todos al 4M1 pero se nos adelantaron algunos
jóvenes de otros grupos y nos lo ganaron; entonces, para poder quedar todos
completos en un solo grupo, optamos por el 4M5 cuyo salón estaba completamente desocupado
y en éste nos quedamos todos los que veníamos del 3M1.
El grupo 4M5. En los 4 años que nos mantuvimos juntos, hicimos
grandes amigos que aún después de 60 años de haber egresado, algunos
sobrevivientes todavía nos reunimos de vez en cuando, lamentablemente la muerte
se ha ensañado con este grupo y se ha
llevado a varios compañeros de los que recuerdo; Fidel Rebolloso, Oscar Amaro, Ronaldo
Guinto, Rafael Rocha, Felipe Haro, Juan Vázquez Lombera, etc.
En diciembre de 1962 terminé los 4 años de la carrera
profesional; ya pertenecía oficialmente a la Generación 59-62 de la ESIME y en
esta fecha, al igual que todos mis compañeros, le dije adiós para siempre a mi
querida ESIME.
Prácticas
Profesionales. En febrero y marzo del 1963 realicé mis prácticas profesionales en en la terminal Valle de México de Ferrocarriles Nacionales de México; fue en
los talleres para mantenimiento y reparación de las locomotoras diésel;
estudiamos y practicamos todo lo referente a los motores diesel de las
locomotoras; al terminar estas prácticas, entregué en la escuela una constancia
de la empresa de haber cumplido con las prácticas profesionales
Actividad
Profesional. En abril del 63, por
medio de la Oficina de Practicas que dirigía Margáin obtuve una carta para cubrir una solicitud de Pemex, con la
cual me presenté en la calle de Humboldt 47; se trataba del Departamento de Nuevos Proyectos; después de
varias horas de hacer antesala en la
oficina del Subdirector, finalmente me recibió el Ing, Juan José Salas Ochoa, a quien le
entregué mi carta de pasante y la carta de la escuela que me dio Margáin; vio
mis documentos, tomó mis datos y me dijo que regresara en una semana.
Efectivamente,
a la siguiente semana que fui a verlo me informó que me contratarían como
Pasante de Ingeniero para trabajar en la construcción de la refinería de Ciudad
Madero; giró instrucciones a sus secretarios para hacer la solicitud al
Departamento de Personal de Pemex y en éste me dieron una orden para ser
contratado en la refinería de Ciudad Madero.
Mención especial para el Ing. Juan José Salas Ochoa, un politécnico de corazón, pues ayudó
mucho a nuestra Generación 59-62 y a otras generaciones, desde la Subdirección
de SPCO.
Mi primer
trabajo en la Refinería Madero. Durante los trámites en las oficinas de Pemex, me encontré con los compañeros de grupo:
Guillermo Alcántara Guzmán y Carlos León
Franco, quienes también habían sido contratados para trabajar en ciudad Madero,
por lo que nos pusimos de acuerdo para hacer el viaje a Tampico, el cual
hicimos en los primeros días de mayo de 1963; los tres nos “embarcamos” en un
camión Omnibus de México, cuya terminal, en aquel tiempo, estaba en Insurgentes
Norte y nos dirigimos al puerto de Tampico.
EL día 11 de mayo de 1963, comencé a trabajar en la
refinería de Ciudad Madero como pasante
de Ingeniero en la construcción de las plantas de la segunda etapa. El entrar a
la refinería Madero fue para mi una gran experiencia pues se trataba de una
instalación nueva (unas plantas ya estaban operando y otras estaban en construcción); para mi
todo era nuevo.
La refinería de Ciudad Madero se encontraba en plena
operación, como son los generadores de vapor, los cambiadores de calor, las
torres de enfriamiento, las turbinas de
vapor accionando los generadores para
alimentar la energía eléctrica de la refinería; por primera vez estaba viendo en
vivo lo que en la escuela estudié en los
libros. Me asignaron a trabajar en la construcción de la planta MR de alkilación
como ayudante de mi jefe, el Ing, Jesús Jiménez; la refinería había sido
diseñada por la firma de ingeniería norteamericana ARTUR G. Mc KEE; me sentía
muy a gusto porque la mayoría de los ingenieros de proyectos y construcción
eran egresados de la ESIME (el Ing. Lora, Superintendente de Construcción, fue
cuadro de honor de su generación en la
ESIME)
Lo primero que aprendí es que todo lo que se construye
en la refinería debe cumplir con una especificación; los motores, los tubos, la
pintura, el aislamiento, los cables eléctricos, etc., todo debe cumplir con
una norma, hasta el tornillo más pequeño; en los planos de
ARTUR G. Mc KEE estaba indicada la norma para cada material; todas las normas,
por supuesto, eran de organismos norteamericanos,
como el ASME, ASTM, API, NEMA, etc, etc.
La firma McKee elaboraba también las listas de materiales, incluso había una
oficina de MaKee en la refinería, de manera que cualquier duda con la
ingeniería, era atendida por Mr. Bishop, una persona muy amable y con mucha
experiencia.
Conozco a
una persona. Como a las dos semanas de haber comenzado a trabajar
conocí en Ciudad Madero a una muchacha bonita con la que hice amistad, la señorita
Margarita Guzmán y frecuentemente platicábamos; además de bonita era inteligente,
por lo que traté de hacerme su amigo y así fue hasta que al poco tiempo le pedí que fuera mi novia.
La Refinería
de Azcapotzalco. En diciembre de 1963
de ese mismo año, fui comisionado a la Refineriaa de Azcapotzalco, que también
fue diseñada por la firma de ingeniería ARTUR G. Mc. KEE y solo estuve trabajando
muy poco tiempo, pues de ahí me comisionaron a la Refinería de Salamanca.
La Refinería
de Salamanca. En realidad se llama
Refinería Ingeniero Antonio M. Amor, RIAMA
y en octubre de 1964 fui comisionado a la refinería de la Ciudad de Salamanca, lugar
en donde fui asignado a la construcción de la planta catalítica TCC; en aquella
época estas plantas eran lo más moderno para producir gasolina y la de Salamanca
era la segunda de este tipo que se construía en México, por lo que solicité al Ing. Superintendente de Construcción me permitiera utilizar información de la planta para mi tesis; me dio el permiso y me
facilitó la información disponible para ponerme a elaborarla; solicité también
el asesoramiento del Ing Anel Aragón Bohorquez, quien era el Jefe de Construcción
de la planta.
Cuando se terminó mi comisión en la Refinería de
Salamanca, regresé a Ciudad Madero llevando conmigo toda la información
necesaria para elaborar mi tesis; todos los días, al terminar las horas de
trabajo, me dedicaba a darle duro a la tesis en mi máquina de escribir
Remington, ya que aún no existían las computadoras; como tenía que dibujar
varios planos, entre ellos el del reactor y el regenerador, labor que me
quitaba mucho tiempo, tuve un retraso significativo, pero cuando consideré
que ya estaba muy avanzado, solicité
permiso para ir a México a revisión con el Jefe de Carrera, después corrección
de muchas hojas, luego la impresión, corrección de la impresión, repartir un
ejemplar a los sinodales, fijar la fecha del examen y, finalmente, presentar el
examen profesional.
El examen
profesional. Presenté mi examen profesional
en junio de 1965 con la tesis Previsión
de los problemas de abrasión por catalizador en una planta desintegradora catalítica,
después del examen sentí que me había quitado un gran peso de encima; posteriomente
regresé a Ciudad Madero, en donde me reporté
con mi jefe, el Ing, Nicandro Núñez, para informarle que ya había presentado mi
examen y también para solicitarle el
cambio de categoría. Continué trabajando en la Refinería Madero en la
construcción de varias plantas de proceso, todas las plantas de la refinería Madero tienen patente
norteamericana, es decir, que aunque la refinería en su conjunto es diseño de
ARTUR G. Mc KEE, cada planta tiene su propia patente.
A los 27 años decidí que ya era el momento de formar
una familia que, para mi, era lo mas importante en esa etapa de mi vida; sólo faltaba
casarme y formar una familia con una compañera que compartiera los mismos valores,
por lo que le propuse matrimonio a Margarita para formar esa familia, así que
fijamos la fecha de la boda para el 21 de octubre de 1967 en la iglesia de Árbol
Grande y recepción en el salón de festejos
de la Refinería Madero.
En 1970 nació mi primer hijo que fue una niña, a quien le pusimos por
nombre Margarita, después nacerían José,
Alejandra y Roberto.
Refinería Ing.
Hector Lara Sosa en Cadereyta N. L. Se
acercaba la fecha para inaugurar oficialmente la Refinería de Cadereyta y fui comisionado
de 1978 a 1980 a ésta para dirigir la construcción de la primer
planta catalítica y una planta combinada II (la planta combinada II consta de
una planta de destilación atmosférica y de una planta de destilación al vacío y
de ésta sale la carga para la planta catalítica). Cabe mencionar que, a
diferencia de la Refinería Madero, esta refinería fue diseñada por ingenieros mexicanos,
aunque la planta catalítica y el proceso, es patente de la compañía
norteamericana Kellogg Brown and Root, mientras que la ingeniería de detalle es
mexicana; al terminar la construcción, pruebas y puesta en servicio de estas
plantas, me ascendieron a Jefe de Ingenieros
para trabajar en la construcción de la segunda etapa de la refinería de Salina Cruz.
Refineria Antonio
Dovalí Jaime en Salina Cruz. En 1981, de la Refinería de Cadereyta pasé a
la construcción de la segunda etapa de la Refinería de Salina Cruz, como Jefe
de Ingenieros y en 1984 fui ascendido a Superintendente Local de Construcción
en la misma de Salina Cruz, por lo que me me tocó dirigir a todo el equipo de
construcción hasta dejar en operación todas las plantas de la segunda etapa de
la refinería. Para empezar, a cada planta de la refinería se le elaboró un
programa físico-financiero específico y se nombró a un ingeniero responsable
por cada planta, cuya obligación era asegurar el cumplimiento del programa
físico-financiero y tener un control detallado de todos los faltantes de
ingeniería, requisiciones de materiales, supervisiones al contratista sobre el avance de acuerdo al programa y
elaboración de las estimaciones.
Conforme
avanzaba la construcción de las plantas, el trabajo era cada vez mas pesado, ya
que todos los viernes llegaba en avión el Subdirector con un grupo de especialistas
en diferentes disciplinas, con los cuales teníamos una junta para verificar el
avance general de la refinería; esta junta se llevaba casi todo el día viernes
de cada semana y así se trabajó hasta que se fueron treminando; a las plantas
se les practicaron todas las pruebas y entraron a operar sin problemas.
La Refinería Antonio Dovalí Jaime de Salina Cruz, en ese tiempo (1990), era de
las más modernas y fue diseñada por
personal mexicano; las compañías contratistas, todas, fueron mexicanas y los ingenieros
especialistas también mexicanos, la mayoría del Politécnico; con orgullo
podíamos decir que ya teníamos firmas de ingeniería mexicanas y muy buenas,
como Bufete Industrial y Procesos de México, entre otras; gran parte de las
compañías constructoras y firmas de ingeniería, se quedaron con muy poco trabajo
cuando se decidió suspender la construcción de refinerías; recuerdo con
nostalgia que en esta refinería de Salina Cruz me tocó recibir y atender
todavía a contratistas, entre los cuales había varios compañeros de Generación.
Refinería
Miguel Hidalgo en Tula Hgo. Posteriormente,
de 1989 a 1990, trabajé en la Refinería de Tula, Hidalgo, como Superintendente Local
de Construcción,
Después de la Refinería de Tula, trabajé también para
una compañía que se dedicaba a la construcción de plataformas marinas y
plantas industriales para refinerías; en esta compañía, mi principal trabajo fue
de auditor de los sistemas de calidad en los proyectos de la compañía.
Mi familia.-
De
las cosas buenas que me dejó la vida, fue tener por compañera a una buena esposa
con la cual tenemos 53 años de casados y actualmente nos dedicamos, a tiempo
completo, a cuidarnos el uno al otro; formamos una familia de 4 hijos a los que
dedicamos nuestro trabajo y nuestro mejor esfuerzo. Margarita educándolos y
cuidándolos y yo cuidando que no les faltara nada y aunque mi esposa siempre me
dice que con ella me saqué la lotería, yo creo que los dos fuimos afortunados
al encontrarnos.
Mi salud. Todo
marchaba muy bien de salud hasta los 75 años, después de cumplir esta edad
empezaron los achaques que se han ido agrandando; poco a poco he perdido el oído
y hace 6 años me diagnosticaron mal de Parkinson, por lo que considero que mi
esperanza de vida se reduce en forma significativa.
Mi gran Generación
59-62. Pertenecer a la Generación 59-62 de la ESIME es
algo muy satisfactorio, ya que en ésta tengo muchos amigos muy brillantes y
destacados y en la cual nos hemos mantenido unidos; además, es una generación
que ha estado muy activa durante tantos años, gracias a que ha tenido muy
buenos Presidentes desde su inicio, que han trabajado muy duro en favor de la
generación, como lo ha hecho nuestro actual presidente Ing. Luis Rolando Figueroa
Noriega.
Anexo las
siguientes fotografías
1 Fotografía tomada al equipo de futbol
americano Biología categoría juvenil el domingo 22 de julio de 1956, en donde
aparezco con el número 62, Sócrates Díaz
con el 70, Sergio Armenta el entrenador en el extremo izquierdo.
2 Con el director
de Pemex Lic Mario Ramón Beteta en una
visita a la refinería de Salina Cruz
3 Exponiendo
el avance en la construcción de la
refinería de Salina Cruz
4 Antes de casarme
en el Hotel de solteros de la refinería
Madero
5 La Srta.
Margarita Guzmán antes de casarse, mi actual esposa
6 Mi familia
7 Con mis nietos
1.- El equipo Biología de categoría juvenil; aparezco en la segunda fila con el número 62 y
con el número 70 Sócrates Díaz Martínez, compañero de generación y en el extremo derecho
Sergio Armenta, también de la generación 59-62 (domingo 22 de julio de 1956 campo Tepeyac)
5. - Srta. Margarita Guzmán del Angel
6.- Mi familia: mi esposa con Margarita chica,
José, Alejandra y Roberto
F I N
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