En esta ocasión presentamos la semblanza de Octavio Mendoza Villegas, quien incursionó en la Armada de México, en donde tuvo la oportunidad de demostrar la capacidad de los egresados de la ESIME, engrandeciendo el prestigio de nuestra Escuela; Oaxaqueño por nacimiento, en el próximo mes de noviembre cumplirá 85 años.
Octavio Mendoza Villegas; foto de diciembre del 2019 |
Soy Ing.
Electricista, originario de Tamazulapan, Oax.
Cursé la Secundaria en un internado. En 1954 llegué a la CDMX a estudiar
en la Vocacional 2, viví con un tío en Coyoacán y en varias casas de huéspedes
para estudiantes, y al final en la calle de Nicaragua cerca de Allende donde
estaba la ESIME. De la Voca recuerdo gratamente a mis maestros: Vicente
Echevarría, Vianey Vergara, Camberos y la maestra Gracia Batres; no fui buen
estudiante aquí, ni en la superior (en la Secundaria sí, fui abanderado), pero
salí. Un año antes empecé a trabajar y el Ing. Manuel Álvarez, que recuerdo
agradecido, me ingresó a Austroplán de México, S.A. donde él estaba.
Siendo Pasante,
entré a la Marina para hacer mis Prácticas, me incorporaron al Cañonero
Guanajuato que lo rehabilitaban en los astilleros de Veracruz, y viví en el
Casino Naval. El trabajo duró 2 años, pues le cambiaron el equipo motriz de
turbinas de vapor a motores diesel, también los sistemas auxiliares: eléctrico,
de comunicación y navegación, etc. Después de ir en prueba a Tampico, lo
mandaron de base a Acapulco, entonces conocí el Canal de Panamá. Pasé al
Transporte Usumacinta, de base en Manzanillo, Col. Este barco tenía el sistema
propulsor de turbinas de vapor, acopladas a un generador que alimentaba a 2 motores síncronos; para entonces,
con la información recabada y mi trabajo de mantenimiento y operación, había
hecho un borrador de las Prácticas y tenía en mente formular la Tesis en base al
sistema eléctrico de un barco. Con esta idea y sabiendo que en Veracruz
rehabilitaban al Transporte Durango, donde estaba de Jefe de Máquinas el
Capitán Carlos Almeida, Ing. Mecánico Naval (IMN), mismo que lo fue en el
Guanajuato y me conocía, le escribí a Humberto Malanco (QEPD), amigo que estuvo
en el “Ucinta”, para que le insinuara al Jefe la conveniencia de estar yo ahí;
Malanco lo hizo y me aconsejó solicitárselo directamente, me atreví y al mes
llegó mi cambio. Me alegré al tiempo que sentía dejar a mi novia, a mis amigas
y a dos entrañables compañeros: “El Perro Escorcia” y al “Chamaco Ramos” (yo era El Perdiguero).
En el Durango
trabajamos a marchas forzadas, tenía que estar listo para traer la Antorcha
Olímpica de San Salvador; faltando algunos detalles fuimos y todo salió bien.
Trasladaron el Durango al Pacífico y nuevamente pasé el Canal de Panamá. En
Salina Cruz le hicieron algunas reparaciones en el dique seco, limpiaron el
casco y las sentinas, y checaron una avería en la quilla. Conocí aquí a Mario Uribe
(IMN), egresado también de la ESIME y le confié lo de mi tesis, me dio alguna
orientación, títulos de libros al respecto y el teléfono de Benjamín Varela,
compañero de él y profesor de la ESIME. En Acapulco, regresando de un viaje a
Australia y otras islas del Pacífico del Sur, me comisionaron a EUA para la
activación de dos buques: “El Cuauhtémoc” y “El Cuitláhuac” y fimos a Baumont,
Tex. Regresé en el Cuitláhuac, y este
fue el último barco donde estuve.
Le escribí al
Jefe Almeida que se encontraba en la Comandancia General, en CDMX, rogándole
que gestionara mi traslado ahí para terminar la tesis: PROYECTO PARA
REELECTRFICAR UN BUQUE TRANSPORTE DE LA ARMADA DE MÉXICO; otra vez me ayudó y
me encargó dar seguimiento a las refacciones enviadas a los barcos. Trabajé
intensamente y el 8-X-71 presenté el examen, fue mi asesor el maestro Oscar Guzmán
Vea; ocho meses después solicité mi baja y el 26-V-72 llegó mi licencia
ilimitada, por estar 10 años y salí como Teniente de Fragata; di las gracias al
Jefe Almeida por su apoyo y motivación, y me fui. Terminé así una etapa que
recuerdo con nostalgia. Había conocido bellos lugares en los viajes de
prácticas de los Cadetes de la Heroica Escuela Naval (HEN), y conviví aventuras
y desventuras con apreciables amigos y compañeros. Solo un incidente tuve: En la Armada de México y en otras, hay una
especie de discriminación con los oficiales de Escala de Mar (EM) (estos
ascienden desde marineros), tienen su dormitorio (sollado) y comedor aparte; a
mi me trataban como a los egresados de la HEN, pero llegó al Durango un Segundo
Comandante y me mandó con los de EM, obedecí. Al otro día me vio el Primer
Comandante en popa y me interrogó: Teniente Villegas (era yo Teniente de
Corbeta) ¿se siente bien? Sí mi comandante respondí, y continuó, es que no lo
he visto en el comedor; le dije el motivo, meneó la cabeza y dijo: hablaré con
el Segundo y regrese donde estaba; señor, repuse, no quiero causar….,y me atajó
“se lo ordeno”, si señor contesté y fui a cambiar mis cosas pensando en
represalias del Segundo, pero no las hubo (no me enfiló la proa).
Al entregar un
libro a Varela, compañero de Uribe, me contactó con Oscar Cuéllar Maytorena IMN,
compañero de ellos, era Subdirector de la Dirección General de Electricidad en
la Secretaría de Industria y Comercio, y me contrató para el Dpto. de Plantas
Subestaciones y Líneas, en donde se revisaban proyectos en base a la Norma Eléctrica.
Era Director el Ing. Yturiel Manrique de Lara y mi Jefe el Ing. Héctor Sánchez
Ceballos. Por la relación entre este Dpto. y el de Tarifas cuyo Jefe era el
Ing. Luis R Figueroa, hice amistad con ellos y a la fecha nos comunicamos y
reunimos. En esta Dirección fui Subjefe del Dpto. de Plantas y jefe del Dpto.
de Infracciones, en donde se sancionaba a usuarios que violaban la ley. No me
sentía a gusto aquí, después de haber revisado proyectos quería hacerlos y
decidí salir. Le hablé a Cuellar, que estaba en Guanajuato como Gerente de la
División Bajío de CFE y me dio oportunidad de estar ahí. En CFE estuve 3 meses
y renuncié porque no satisfacía mis expectativas técnicas. Regresé a la CDMX y
trabajé en un changarro, en eso supe del requerimiento de personal para
Proyectos Marinos S.A. de CV. (PM).
Acudí a PM, me
examinaron y entré como Ingeniero “B”. Por fin estaba donde podía hacer lo que
deseaba; a los ingenieros nos dieron cursos de inglés y computación, hacíamos
proyectos para PEMEX; pero al caer en desgracia política el Ing. Díaz Serrano
que era Director de esta empresa y socio de PM, ya no nos dieron trabajo;
cambió de razón social a Grupo Profesional Planeación y Proyectos (PIPSA), y
consiguió contratos de la industria metalúrgica y la farmacéutica. Me enviaron
a EUA (Houston y New Jersey) para conocer normas y criterios, ya que hacíamos trabajos
para ese país. Intervine en varios proyectos y entre los más importantes: uno
para Dupont y dos para Mexicana de Cobre que incluían una línea de distribución
en media tensión, por lo que fui a Nacozari, Son. a supervisar la instalación
del equipo eléctrico y la línea. De regreso me disgusté con la empresa por no
darme un aumento ($), renuncié y entré a Seloprint de México, S. A. como Jefe
de Mantenimiento y me fue mal, porque no tenía experiencia en administración y
había problemas con el personal y el sindicato. Definitivo: lo mío era el
proyecto.
Regresé a
PIPSA, estaba otro director y me incluyó en el proyecto del Hotel Sheraton para
Fonatur en Huatulco, a donde después fui también a supervisar la instalación
del equipo. Regresé y PEMEX estaba dando nuevamente contratos a la empresa;
participé en proyectos de plataformas de extracción de crudo, de proceso y
habitacionales, también de plantas de rebombeo de gas y uno de distribución en
media tensión para sus instalaciones en Naranjos, Ver. Como ya me pesaba la
jornada, pensé en el retiro. Había intervenido en aproximadamente 30 proyectos,
y elaboré programas de cálculo: sistemas de tierra, de corto-circuito, flechas
y tensiones de líneas de alta y media tensión, entre los más importantes.
Finalmente salí pensionado, mi último día de trabajo fue el 3-V-2005. Me
encuentro bien de salud y colaboro con la Asociación de Colonos para el
mejoramiento de la colonia donde vivo. En fin, creo que mi vida ha sido una
FELIZ AVENTURA.
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