30 marzo 2014

Nuestro viaje a El Tajín; último día.

Hoy, 30 de marzo, fue el último día de nuestro paseo; Oscar había organizado un desayuno típico en el Restaurante "Lolita" a base de picadas, gordas y huevos tirados; sin embargo, un gran amigo, colega, colaborador de Felipe Varea y ex compañero de la Dirección General de Electricidad hace como 38 años, Vicente González Arregui, nos invitó a desayunar por conducto de Luis González Sosa a lo que fue La Parroquia; en la foto Felipe, este servidor, Vicente y Luis.
Nos acompañaron Juan, Armida, Pedro y Rebe; esta es la foto del grupo.
Terminada la reunión, nos percatamos de que ya no teníamos tiempo para reunirnos con el grupo para visitar el Acuario conforme al plan de Oscar, por lo que decidimos dirigirnos al hotel; en el camino nos encontramos a Rafa y al otro Felipe.
Llegamos al hotel, hicimos maletas y liquidamos para continuar con el programa que consistía en salir a las 1:30 p.m. para comer a la 1:45 p.m. en el Restaurante Memus  y poder emprender el viaje de regreso a México a las 3:00 p.m.; sin embargo, hubo otro contratiempo: se desarrolló un desfile en el centro del Puerto y el contingente pasó precisamente enfrente del hotel, de manera que el autobús no tuvo acceso y quedó varado como a 1 Km.; Oscar coordinó lo necesario para que nuestras maletas fueran acarreadas por los empleados del hotel a un lugar más accesible, calculando que éste podría ser como a 300 metros; al llegar ahí se contactaría al operador para que pasara a recogernos; como pueden ver en la foto el tránsito de vehículos se interrumpió.
Así, emprendimos la caminata detrás de nuestras maletas conducidas por 2 empleados; pero el proceso era lento debido a los obstáculos tanto de gente como de stands, ya que también habían montado una exposición y juegos en las calles.
Aquí iban las maletas.
Ante tanta lentitud, Juan se acomidió a ayudar.
Vean cuanto obstáculo.
Una verdadera multitud.
Permisito, permisito por favor.
Con lentitud pero avanzábamos.
Juan levanta una sombrilla para dar acceso a las maletas.
Por fin libró ese obstáculo.
Juan decidió conducir el carrito de maletas.
Pero en este lugar ya no pudo pasar (contempló la posibilidad de mover un poste).
Por fin llegamos al lugar acordado pero ¡oh sorpresa! precisamente ahí estaba un camión con enseres del desfile; así que teníamos que esperar hasta que se quitara pero esto no sucedía; Oscar pidió permiso par que el autobús se estacionara en doble fila y fue concedido.
Después de algunos minutos que nos parecieron horas, hizo su arribo el autobús estacionándose en doble fila, por lo ya era posible acomodar las maletas y abordar.
Empezamos el proceso con una serie de incomodidades, ya que algunas patrullas estacionadas impedían el libre acceso por la puerta de enmedio.
Por la puerta delantera sí se podía subir pues a pesar de estar en doble fila había un espacio entre el camión del Estado y las patrullas.
Pero ¿qué creen?; llegó un comandante de la policía y ordenó que nuestro autobús se moviera porque una de las patrullas tenía que salir.
En estas condiciones, tuvimos que arrimar otra vez nuestras cosas a la banqueta para que el autobús permitiera la salida de la patrulla como aquí vemos.
Todo estaba bien, solo que había un inconveniente: la patrulla no se movía de su lugar.
Después de varios minutos que también nos parecieron horas, nos salieron con que era otra patrulla la que tenía que salir, por lo que era necesario hacer unas maniobras adicionales que también consumieron tiempo.
Al fin tuvimos acceso; abordamos, nos acomodamos y partimos al restaurante, pero ya no teníamos el tiempo suficiente para comer; así que Rubén decidió que emprendiéramos el viaje de regreso y que por el camino, como por ejemplo Perote, comeríamos algo.
Ya que no comeríamos con Oscar Novelo, le pedimos a Oscar Amaro nos llevara al lugar en donde estaba estacionado su auto para saludarlo y conversar con él aunque fuera sólo unos minutos; esta foto es para el recuerdo: Oscar Novelo, de camisa guinda y pantalón beige, está en medio de sus compañeros Mecánicos Rafa Paredes, Bruno Pecero, Joel Narváez, Álvaro González y Luis González Sosa; yo, Luis Rolando, me uní al grupo.
Un poco cansados iniciamos nuestro retorno; durante el viaje cayó una granizada que nos demoró aún más por lo que decidimos no hacer ya la parada en Perote para comer; bajamos en un Oxxo para proveernos de algunas golosinas y continuar.
Esta es la última foto que tomamos poco antes de llegar a San Martín Texmelucan en donde bajamos para devorar unos ricos tamales de a $10.00 cada uno; si bien tuvimos algunos contratiempos, creo que este viaje fue inolvidable y que lo disfrutamos al máximo gracias a la coordinación efectiva, otra vez, de Rubén, así como por la organización de Oscar en La Antigüa y Veracruz; por cierto, recordamos que hace 7 años nos había pasado lo mismo en Morelia por un desfile el día de nuestro regreso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comida jugada en el día más caluroso.

Mientras el termómetro marcaba una temperatura superior a los 30°C nosotros nos dábamos cita en La Rambla para continuar con nuestra tradici...