Nos acompañaron Juan, Armida, Pedro y Rebe; esta es la foto del grupo. |
Aquí iban las maletas. |
Ante tanta lentitud, Juan se acomidió a ayudar. |
Vean cuanto obstáculo. |
Una verdadera multitud. |
Permisito, permisito por favor. |
Con lentitud pero avanzábamos. |
Juan levanta una sombrilla para dar acceso a las maletas. |
Por fin libró ese obstáculo. |
Juan decidió conducir el carrito de maletas. |
Pero en este lugar ya no pudo pasar (contempló la posibilidad de mover un poste). |
Después de algunos minutos que nos parecieron horas, hizo su arribo el autobús estacionándose en doble fila, por lo ya era posible acomodar las maletas y abordar. |
Empezamos el proceso con una serie de incomodidades, ya que algunas patrullas estacionadas impedían el libre acceso por la puerta de enmedio. |
Por la puerta delantera sí se podía subir pues a pesar de estar en doble fila había un espacio entre el camión del Estado y las patrullas. |
Pero ¿qué creen?; llegó un comandante de la policía y ordenó que nuestro autobús se moviera porque una de las patrullas tenía que salir. |
En estas condiciones, tuvimos que arrimar otra vez nuestras cosas a la banqueta para que el autobús permitiera la salida de la patrulla como aquí vemos. |
Todo estaba bien, solo que había un inconveniente: la patrulla no se movía de su lugar. |
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