27 marzo 2014

Nuestro viaje a El Tajín; primer día


Hoy, 27 de marzo del 2014. iniciamos nuestro viaje a El Tajín; contratamos un autobús de lujo para 45 pasajeros; ocupamos solamente 39 lugares para 18 damas y 21 caballeros; aquí vemos una panorámica del interior del autobús; todo era optimismo y buen humor.
Otra vista de algunos de los pasajeros.
Otra más.
Foto tomada desde la parte media.
Vista de la parte trasera.

Se nos complicó un poco localizar el restaurante en donde nos servirían el desayuno, pero por fin llegamos; es un lugar precioso lleno de vegetación a unos cuantos kilómetros adelante de Tulancingo.
 
Bajando del auotobús.
Nos sirvieron un desayuno típico a base de cecina, huevos, chicharrón en salsa, chilaquiles y frijoles más jugo, fruta y café o chocolate; en la foto Rafa Paredes, Blanquita, Bruno Pecero y Jose.
Efraín Aguado, Juan Vázquez L., Margarita Vda. de Arias, Armida, Beto Hidalgo y Loli.
Rubén Serros, Yola, Rodolfo Carballo, Felipe Haro y su esposa
Los mismos pero ahora aparece Tere de amarillo.
Los Gonzalos, Luna y Farfán, con Pedro Alvarado; de espaldas Rebe.
Felipe Varea, Joel Narváez y Claudio Flores.
Celia y Roberto Santana con sus invitados que fueron ni más ni menos que sus consuegros.
Cristy, Lalo Fernández, Judith, Estelita y Álvaro González; de pie, este servidor Luis Rolando Figueroa.
El famoso "Cara" Sergio Armenta, Luis González S., Vylma y Rosalba
Se acercó Felipe y "El Cara" aprovechó para sentarse en las piernas de Luis.
Rafa, Pedro, Gonzalo, Joel y Rubén.
Felipe, Gonzalo, Blanquita, Pedro y Juan.
Abordábamos para emprender camino a Papantla.
Pero antes nos tomamos la última foto Rodolfo, Rubén, Claudio, Bruno, Beto y este servidor.
Todo era alegría dentro del autobús pues ya viajábamos rumbo a El Tajín en donde nos esperaba un guía contactado por Rubén, cuando de pronto notamos una falla; creíamos que era el aire acondicionado pues había un fuerte olor como de aceite quemado; el conductor apenas pudo llegar una localidad llamada "La Ceiba" y al hacer la revisión se comprobó que la falla era de los frenos, por lo que ya no pudimos continuar; las damas, lejos de acongojarse, aprovecharon para acomodarse en una pequeña tienda y tan alegres como siempre se refrescaban con unas aguas bien frías, como podemos ver en esta foto.
Mientras Rafa contemplaba una alternativa para salir del problema, las mujeres seguían con su pachanga.
Su rostro se puso serio cuando les informamos que deberíamos pernoctar en ese pueblo en donde no había un hotel adecuado.
Sin embargo, Rafa logró que un autobús con destino a Poza Rica nos llevara hasta Papantla por la módica suma de $70.00 por persona; para esto, sólo teníamos que transbordar nuestro equipaje y algunas bebidas como 10 cajas de vino tinto, 5 botellas de vodka y algunas de ron que Felipe había comprado en México a precio de oferta; aquí vemos a Juan cavilando sobre cual sería la logística para pasar las cosas al otro autubús.
A la derecha vemos la parte trasera de nuestro nuevo autobús y al fondo podemos distinguir a Felipe dirigiéndose al averiado para iniciar el traslado de nuestras pertenencias.

Felipe en plena faena.

Vean el gran esfuerzo que hace Lalo para cargar 2 cajas de vino.
Acomodando nuestras cosas en el autobús de línea.
Parecíamos hormiguitas acarreando cosas.
Ya casi estábamos por terminar.
Y por fin terminamos.
Ahora viajábamos así.
Confrontamos otro problema: el conductor no conocía la Ciudad de Papantla, así que cuando llegamos tardamos más de 1/2 hora en localizar el hotel y es que el chofer se metió varias veces por calles de difícil acceso para un autobús; para no complicar más las cosas, nos dejó como a 200 metros del hotel por lo que nuevamente nos vimos en la necesidad de acarrear maletas y vinos; al fondo de esta foto vemos al camión.
Y a caminar de subida.

Parecía peregrinación.

Hasta que llegamos al hotel que estaba todavía más arriba.
Para colmo, no había elevadores.
Cansados pero contentos esperábamos turno para registrarnos.
Rodolfo no encontró en que sentarse.
Yola se abanicaba con un sombrero pues que creen: tampoco había aire acondicionado; posteriormente comprobamos que las habitaciones sí tenían unidades tipo ventana.
Por fin Rodolfo pudo sentarse; para entonces, ya Rubén había coordinado con el guía que la visita a El Tajín se hiciera al día siguiente por la mañana en lugar del recorrido a La Antigüa como se tenía previsto, de tal manera que ahora sólo teníamos tiempo para comer.
Después de hospedarnos llegamos al comedor del hotel e inmediatamente nos refrescamos con unas bebidas.
Disfrutábamos del momento como podemos ver.
De repente se escuchó un escándalo en la calle, con música, sonido, etc. y al salir nos percatamos que por estas latitudes todavía se estaba festejando el Carnaval sólo con la participación de infantes.
Aquí pasaba la Reina.
Pudimos captar algo del ambiente.
La gente se arremolinaba para ver pasar a los niños.
Al frente la Maestra dirigiendo los movimientos.
Espectáculo dirigido a los niños.
Llegaba otro contingente vestido de azul.
Nos esperamos hasta ver a los últimos en pasar.
Pasamos al bufet: espagueti, sopa de pasta, fusilli verde, arroz a la jardinera, pollo en salsa de cacahuate, cerdo en pipián rojo, tinga de res y frijoles.
Para facilitar el proceso, 2 meseras nos servían lo que pidiéramos.
Sergio, Rosalba, Yola y Rodolfo.
Margarita, Rebe, Pedro y Luis.
Juan y Armida con Beto y Álvaro.
Roberto y Celia con Antonio y su esposa.
Bruno y Jose con sus hijas.
Loli, Efraín, Claudio y Gonzalo.
Los 2 Felipes.
Rubén, Tere, Estelita, Álvaro, Cristy, Felipe, Judith, Lalo, Joel, Rafa y Blanquita.
La misma foto pero ahora estoy en el lugar de Álvaro.
Una pose del "Cara"
Juan, Beto y Felipe.
Sorprendimos a Claudio con las manos en la masa.
Caía la noche cuando hizo su aparición Gonzalo.
Seguía la tertulia.
Por fin las mujeres decidieron retirarse para conocer el centro y nosotros aprovechamos para hacer una pequeña ronda de dominó.
Desde la calle captamos el monumento al Papatleco.
Teníamos que aprovechar para darnos una vuelta por el centro.
Captamos a un pequeño saltamontes.
Nos encontramos a Luis y a Rodolfo con sus respectivas parejas.
Claudio, Sergio, Felipe, Joel y Gonzalo en el centro a las 10:00 p.m.
Claudio tomó esta foto para que yo saliera en ella.
Era la media noche cuando regresamos al hotel; allí encontramos a Juan, Armida, Rafa, Blanquita y Cristy tomando unas bebidas con nombres muy raros; por ejemplo, Juan nos comentó que "Sexo en la playa" tenía un sabor agradable.
Pregunté a la mesera por la especialidad de la casa y me recomendó un "orgasmo", bebida a base de vainilla; lo tuve que probar y realmente tiene un sabor exquisito.
Así se veía el "Papatleco" desde el hotel.
Cerca de la una de la mañana decidimos retirarnos nuestras habitaciones pero antes tomamos la última foto que muestra la alberca; al fondo Cristy y Gonzalo.
S

1 comentario:

  1. Mí querido Presidente,esas penurias como les dices es lo que le da sabor a la vida, hasta esos detalles se disfrutan, fue un viaje inolvidable, como todos los que hemos hecho en co
    mpañía de esa entrañable familia. Nuevamente te felicito por hacernos recordar tan agradables momentos. No cabe duda de que estás escribiendo la historia de nuestra generación. Ojalá nuestros compañeros se se animen a entrar al blog y dejen un breve comentario como reconocimiento a tu dedicación

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