Sorpresiva aparición de Nacho y de Bruno.

Muy agradable sorpresa nos llevamos cuando vimos llegar primero a Juan Ignacio acompañando a Felipe y después a Bruno quien, por cierto, muestra una franca recuperación y como no, si subió más de 10 Kg. de peso.

Mientras tanto, en el otro extremo de la mesa otras dos sorpresas: Sebastián y Joel luciendo un nuevo corte de pelo que, según dijeron, era para amainar el calor que todavía persiste en esta Ciudad; en primer plano vemos la botana de la botana, es decir, frijoles refritos con totopos para entretenernos.

Muy serio captamos a Beto, que por ser de los más jóvenes (apenas cumplió 83 años) ni a canas llega.

Juan Ignacio es recordado por habernos dado asilo mucho tiempo en su restaurante La Galubia, de gratos recuerdos por su excelente comida, buen servicio y trascendentes eventos que ahí celebramos

Sebastián y Nacho en agradable plática.

Hasta que llegó nuestro primer plato: un consomé de pollo con verdura y el tradicional componente a base de cilantro y cebolla picada.

Un poco retrasado llegaba Bruno.

Esta es la pequeña torta que pidió Lobito, a cuya vista Felipe no resistió la tentación de robarle una papa.

El siguiente tiempo fue un sope algo austero pues solo contenía frijoles, lechuga y queso.

Según Carreño, un sope debe saborearse ( y así está permitido) tomándolo con los dedos, pero nosotros somos muy meticulosos y preferimos el tenedor y el cuchillo, aunque, eso sí, no nos privamos de cubrirlo con la salsa verde típica de las cantinas.

Nacho, Bruno, Felipe y Lobito, una foto para la historia.

Afortunadamente pudimos armar dos mesas de dominó, a cuyo término tomamos la foto; de pie, Joel Narváez Limón, Felipe Varea Gilabert, Juan Ignacio, Beto Hidalgo Cano, Sebastián, Luis Alberto Fonseca Brambila y Alain; sentados, Luis Rolando Figueroa Noriega, Bruno Pecero , su esposa Jose y Armando López Mendoza.