Cierran La Rambla y nos vamos al Mesón del Cid.

Debido a que el lunes fue 16 de septiembre, día en que La Rambla no dio servicio, nuestra comida semanal se desarrolló en El Mesón del Cid, casa que es toda una leyenda por sus famosas cenas medievales; nos dimos el gusto de pedir este vino tinto nacional.

Mientras preparaban la especialidad de la casa, nos entretuvimos con una ligera botana.

Hasta que por fin llegó: un lechoncito que, según anuncian no pasa de 3 semanas y le llaman estilo Cándido; suponemos que fue en honor a un personaje que fundó un restaurante en Segovia, España y al que, probablemente, le copiaron la receta de este platillo.

Todo un ritual hacen los meseros antes de servirlo; primero le arrojan aceite lo que provoca una flama de buen tamaño que llama la atención de los demás parroquianos.

Después el mesero asignado pronuncia unos versos aludiendo al proceso que llevó a este animalito hasta nuestra mesa; tomando un plato con la diestra.

Y asestando certero platazo en su lomo para partirlo, con lo cual se demuestra lo suave de su carne.

El plato que sirvió de filoso cuchillo, tiene que ser azotado contra el piso.

Pueden observar que, efectivamente, el animal tiene una cortada en su lomo y eso que el plato no tenía un filo especial.

Enseguida se sirven porciones más que razonables.

Captamos a 2 de los comensales en el momento cumbre de la degustación.

Una mínima parte de los asistentes: Felipe Varea, Rafa Paredes y Luis Rolando Figueroa.

Felipe y Rafa admirando una de las cavas que contiene vinos antiquísimos.

Y aquí con la figura del famoso Rodrigo Díaz, mejor conocido por Rodrigo Díaz de Vivar porque supuestamente nació en la aldea de Vivar, a la que se le agregó "del Cid", pues así se le llamaba; resumiendo: aquí vemos a Felipe junto a una réplica de la armadura del "Cid Campeador"