Visita al Café Kowloon en Coyoacán.

A un costado del emblemático Jardín Centenario, en el centro de Coyoacán.

Y casi esquina con la calle que aloja a la Parroquia de San Juan Bautista.

Se encuentra uno de los cafés de chinos más tradicionales de México: el Café Kowloon, a donde llegamos el miércoles 15 de marzo para festejar el cumpleaños de Lupita, la esposa de nuestro gran Decano Armando López Mendoza, mejor conocido por Lobito.

Cuando llegamos ya nos estaban esperando, un poco desesperados porque no tenían con que brindar.

Aunque en lo que toca a la plática, no nos podíamos quejar, pues los de ese extremo de la mesa no dejaban de asombrarse ante las anécdotas que ahí se contaban.

Por fin llegaron las bebidas y muy contentos se apresuraron a brindar, los de este lado de la mesa.

Así como los del extremo opuesto.

La carta es muy extensa, ya que  no solo ofrece la tradicional comida cantonesa, sino también la mexicana y así pudimos encontrar desde la única sopa Won Ton o un Chop Suey, hasta un filete de pescado Sol o una arrachera de res a la Tampiqueña.

Lo cual nos provocaba una natural indecisión sobre los platillo a disfrutar.

Felipe se decidió e inmediatamente le sirvieron una apetitosa sopa.

Mientras que los chavos mostraban su decepción por no tener que compartir.

Pero enseguida llegó su orden: un pequeño plato de arroz frito para empezar.

No podíamos perdernos la tradición china: una sopa de Won Ton con Cha Siu, preparada con ravioles rellenos de pollo y camarón con lomo de cerdo horneado.

 O este platillo que contiene trozos fileteados de res con brócoli, champiñones, elotito tierno, pimiento morrón, apio, zanahoria y cebolla sazonada con salsa de ostión.

O estos camarones en salsa de langosta, con carne de cerdo finamente picado, pimiento morrón, brócoli, coliflor, champiñones, cebolla, apio, elotito tierno, clara de huevo, raíz de loto sazonado con gengibre y frijol chino negro.

No podían faltar los clásicos Rollo Primavera, acompañados de ensalada y salsa agridulce.

Y las famosas costillitas de cerdo horneadas al estilo barbecue oriental.

Por su cara, parece ser que los más satisfechos fueron los chavos, pues no dejaron nada en sus platos.

Y hasta se dieron el lujo de rematar con un "lechero" al estilo de La Parroquia, en lugar del tradicional café expresso.

Una panorámica de la mesa, volteando vemos a Vylma y a Pedro Alvarado Villafuerte; en la fila de la izquierda, Rebe, Lupita, Armando López Mendoza, su nieto Sebastián y mi nieto Alain, De frente mi hijo Luis y Luis Rolando Figueroa Noriega. En la fila de la derecha, Mary, Felipe Varea Gilabert, Lulú, hija de Vylma y Luis González Sosa.

 

Brindis por el triunfo de México.

La Gerencia de La Rambla nos permitió destapar 2 botellas de vino blanco espumoso, para brindar por el gran triunfo de México sobre USA en el Clásico Mundial de Béisbol, pero antes nos sirvieron los tradicionales sopes para beneplácito de Felícitos.

Captamos a Memo Cázares con su copa de vino blanco espumosos, haciéndose las ilusiones de que era Champaña.

Y del otro lado Felipe aderezando con salsa verde su sope.

Para no retrasar más la sorpresa que la Rambla nos tenía, nos apresuramos a comer sin la presencia del Lobito; como primer tiempo, un suculento plato de frijoles charros que deben ser negros con tocino, chicharrón, chorizo y su rama de epazote.

O la clásica pancita compuesta de lo esencial que es el libro con pedacitos de cuajar, bonete y pata.

Para el segundo tiempo llegaron los huevos revueltos con ejotes.

O bien arroz blanco con plátanos fritos, más la salsa verde que cada quien le pone a su gusto.

Este fue el platillo principal: alambre de pollo elaborado con pimientos de los tres colores, cebolla y queso gratinado, acompañado de un rico guacamole.

O bien, una de las cortes de más tradición: chambarete en chile ancho con frijoles refritos y rodajas de cebolla. 

En eso estábamos cunado hizo su aparición el Lobito con Lupita y Sebastián.

Llegó muy cariñoso saludando de abrazo; aquí lo vemos con Héctor.

Estando completa la mesa, hicimos el brindis por ese gran triunfo.

Vista la mesa desde el lado opuesto.

Pero Lobito traía antojo y prefirió esta torta de jamón serrano que, como siempre, no se la pudo terminar.

Terminada la comida, formamos dos mesas de dominó.

En una, vemos a los compadres Felícitos y Lobito en contra de Felipe y Héctor.

Y en la otra, con la felicidad propia de la juventud, vemos a Memo y Alain en contra de Raúl y Sebastián.

Debido a que estrenamos cámara, la foto no fue lo suficientemente nítida, pero alcanzamos a distinguir: Héctor Barrera Jiménez, Sebastián, Felícitos Hernández Zúñiga, Luis Rolando Figueroa Noriega, Lupita, Armando López Mendoza, Felipe Varea Gilabert, Guillermo Cázares, Raúl y Alain.

Despedimos a Lupita y al Lobito.

 

Boletín 106 de la Generación 52-55

Aunque con un retraso de dos meses, no quisimos dejar de enviar el Boletín 106 de la Generación 52-55, por la importancia que tiene para la comunidad ESIME y sobre todo porque a muchos les habrá interesado la semblanza del Ing. José Antonio Padilla Segura, quien fuera Padrino de esta Generación y que continúa bajo la genial pluma del Ing. Alejandro Vázquez Gutiérrez.

Zoilo Mendoza Núñez llegó a 83 años.

Nuestro compañero y amigo, Zoilo Mendoza Núñez, mejor conocido como "El Ruso" para algunos y "El Soviético" para otros, nos dio un ejemplo de disciplina al llegar a sus 83 años en plenitud de facultades, entre ellas la facilidad para chatear con muchos de sus compañeros de UPIICSA en donde dio clases, así como con sus paisanos de Oaxaca y uno que otro ex alumno.

Para tan memorable acontecimiento, el propio Zoilo compartió un delicioso pastel elaborado en los rumbos de donde proviene, allá por San Juan de Aragón, Estado de México.

Pero antes era necesario ingerir nuestros sagrados alimentos, cuyo primer tiempo fue este caldo de camarón.

O esta riquísima sopa de tortilla con sus complementos como crema, queso y aguacate.

Como segundo tiempo, arroz blanco con mole poblano coronado con un huevo estrellado.

Y como platillo principal, este increíble "huarache" compuesto por una tortilla más grande que la habitual, frijoles refritos, un bistec en trozos, lechuga y queso.

Platillo no muy recomendable para personas de nuestra edad, por lo que algunos preferimos esta ensalada: lechuga, palmitos, papa cocida, rebanadas de jitomate y cebolla, huevo duro y atún.

Y para finalizar una tarde inolvidable, no hubo mejor terapia que  mover las neuronas a través del bendito dominó, que en esta ocasión disfrutamos todos, pues pudimos armar dos mesas.

En ésta podemos ver al festejado haciendo pareja con Sebastián en contra de Felícitos y su hijo Raúl.

Y en la otra, Felipe y mi tocayo, en contra de Lobito y Héctor.

Llegó la hora de apagar las velas antes de partir el pastel.

No fue necesario mostrar en las velas el número de años cumplidos, pues ya no estamos en edad de presumir y además, todos sabemos que cumplió 83.

Momento en que Zoilo concretaba el protocolo de apagar las velas ante el regocijo de la respetable concurrencia.

Para concluir con un estruendoso aplauso, por la felicidad que nos daba ser testigos de la vitalidad que uno de nosotros todavía conserva.

De pie: Sebastián, nieto del Lobito, Felipe Varea Gilabert, Héctor Barrera Jiménez y Luis González Sosa; sentados: Felícitos Hernandez Zúñiga, Armando López Mendoza, su esposa Lupita, el festejado Zoilo Mendoza Núñez y Luis Rolando Figueroa Noriega.