09 diciembre 2021

Otro intento para reanudar comidas.

Hoy jueves 9 de diciembre, continuamos con nuestro experimento, iniciado el mes pasado, para conocer las características del ambiente y, de ser posible, reanudar nuestras comidas. En esta ocasión nos dimos cita en el Centro Asturiano Polanco, con la novedad de que este restaurante ya no está en el primer piso, sino que ahora se ubica en la planta baja. Pudimos observar una numerosa asistencia, casi el 100% conformada por personas de la tercera edad y, con algo de desilusión, nos percatamos que ya no ofrecen el tradicional menú, atractivo principal hasta hace apenas un par de años. Si bien los platillos de la carta son numerosos, no dejan de ser algo caros en comparación con otros centros de la misma categoría. Una gran ventaja es la rapidez del servicio pero, por contrapartida, se tardan una eternidad para presentar la cuenta y, lo más grave, es que, según pudimos comprobar, los meseros sufren equivocaciones en perjuicio de nuestros bolsillos. En la foto vemos a Lobito de pie, brindando con Felipe.

Felipe en una de las cabeceras y a su derecha Bruno. Atrás de ellos podemos ver una mesa que, por una mera coincidencia, fue ocupada por aproximadamente 20 compañeros de la Generación 68.

A la izquierda de Felipe estuvimos Felis y yo.


Y en la otra cabecera Armando "Lobito", flanqueado por Lupita y 2 Juniors, mi hijo Luis Rolando y Raúl, hijo de Felis.

En la misma toma alcanzamos a ver, del lado izquierdo, a Pedro Alvarado.

No podían faltar las consultas al celular para mostrar algo que seguramente era de interés, dadas la expresiones de los 3 que ven el aparato.

Nada menos que Zoilo con su inseparable Vale.

Vista de una parte de la mesa.

Vista de una lateral. Pedro (de cachucha, contrariando la regla más elemental de urbanidad) muy triste porque Rebe lo abandonó para lavarse las manos.

Nada más típico que una entrada de tortilla española.

Para continuar con unos pulpos a la gallega.

La sopa de ajo no estaba mal, pero muy abundante para nuestro estómago.

O también una sopa verde de mariscos.

Sorprendimos a Zoilo, Vale, Jose, Bruno y Felipe.

Zoilo y Vale viendo a la cámara.

Y para el platillo principal, vean lo que pidió Rebe: un lechón al horno.

Hubo quien prefirió la paella.

O costillitas de cerdo.

Para un estómago jóven como el de Raúl, no fue un exceso sopa de ajo y paella.

O una posta de robalo.

Ahora sorprendimos a Lobito, Luis Rolando y Raúl.

Aquí tenemos un pecho de ternera.

Mientras unos comían, Zoilo no podía dejar de consultar su celular..

Jose se paró para pedir a Zoilo hiciera un brindis.

A lo que accedió de inmediato, solo que antes tuvo a bien pronunciar unas palabras alusivas a la despedida de este año tan nefasto por lo de la pandemia.

Haciendo votos porque en el 2022 volvamos a la normalidad.

Mientras hablaba, no faltó quien saboreara un rico postre.

Finalmente, tomó su vaso y extendió su brazo para hacer el consabido brindis.

Y chocando su vaso con los nuestros.

Antes de las eternas despedidas, nos tomaron la foto del recuerdo; en el orden acostumbrado: Luis Rolando Figueroa Jr., Raúl Hernández, Zoilo Mendoza Núñez, Valentina, Jose, Bruno Pecero Ríos, Felipe Varea Gilabert, Felícitos Hernández Zúñiga, Luis Rolando Figueroa Noriega, Rebe, Pedro Alvarado Villafuerte, Lupita y Armando López Mendoza.

Antes de emprender la retirada, se acercó para despedirse uno de los compañeros de la Generación 68, oportunidad que aprovechamos para obtener esta foto.

 

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