15 octubre 2018

Apenas 8 para continuar el torneo.

Otro lunes en La Rambla; otro lunes para convivir con los amigos de toda la vida; si tuviéramos que definir la esencia de nuestras reuniones, tendríamos serias dudas ¿será la plática recordando épocas estudiantiles? ¿serán las discusiones sobre temas políticos? ¿será el vodka con el que brindamos? ¿será la buena comida que disfrutamos? ¿será el puro que solo en este día fumamos? ¿será el pastel y el vino tinto de los últimos lunes de mes? o ¿será la jugada de dominó?; evidentemente, todo se complementa para que siempre estemos presentes aunque solo seamos 4 para armar una mesa de dominó; hoy fuimos 8 y la comida estuvo exquisita; en la foto vemos a Rafa deshacerse de una rama de epazote de lo que fue el primer tiempo del menú.
Unos frijoles charros, con chicharrón, tocino y trozos de salchicha.
Solo que Juan Manuel prefirió pedir a la carta: de entrada un jugo de carne con su guarnición en un plato aparte.
Ya habíamos empezado a comer cuando llegó el Lobito.
Rafa y Joel complementando con salsa lo que fue el segundo tiempo.
Una tostada de tinga con queso, crema y lechuga como se hacía en los viejos tiempos: con tortilla cuadrada frita.
Para Juan Manuel, una arrachera con guacamole y papas a la francesa.
Y para los demás entomatado de res.
Juan Manuel se percató de nuestra envidia.
Por lo cual, muy gentilmente, nos ofreció una papa
Final de la comida; final de la ronda de dominó; no nos quedó más que despedirnos, pero antes obtuvimos la foto del grupo; de pie, Juan Manuel Lucia, Felipe Varea y Gonzalo Luna; sentados, Luis Rolando Figueroa, Armando López M., Rafa Paredes, Joel Narváez y Bruno Pecero; 4 Electricistas, 3 Mecánicos y un Electrónico.

08 octubre 2018

10 en nuestra comida semanal.

A menos de 20 horas de habernos despedido,  7 compañeros nos volvimos a reunir para comer y participar en la jornada 16 del torneo de dominó.
Zoilo quería platicar pero el de su derecha estaba ocupado y el de su izquierda también; y es que el teléfono celular se ha vuelto más importante que los chómpiras de la Generación y de la sopa que recién nos habían servido.
Que fue de verduras como brócoli, calabaza, papa chayote, etc.
Juan Manuel y Felipe dando inicio a la comida.
Mi tocayo y Gonzalo.
Estábamos a la mitad de la sopa cuando el mesero muy diligentemente nos dejó un plato con hongos guisados sobre una cama de arroz blanco.
Y enseguida el platillo principal: cochinita pibil con chiles habaneros.
Con 10 participantes, formamos 2 mesas para jugar rondas de 5.
Aquí estamos los 10; de pie, Juan Manuel Lucia, Bruno Pecero, Zoilo Mendoza, Felipe Varea, Joel Narváez, Gonzalo Luna y Luis González S.; sentados, Armando López M., Rafa Paredes y Luis Rolando Figueroa; 5 Mecánicos, 4 Electricistas y un Electrónico.

07 octubre 2018

Viaje corto a El Oro y Tlalpujahua, último día

Orlando descubrió un lugar en donde podríamos desayunar todos juntos; rápidamente, Rafa se presentó para hacer la reservación; se trata del hotel La Huerta que cuenta con muy buenas instalaciones y una cocina excelente; conforme fuimos llegando nos acomodamos en una mesa larga.
Otra vista de la mesa.
Y otra más.
Felipe, María y Rafa prefirieron una mesa aparte; nótese que Felipe se descubrió la cabeza, no así Rafa.
Como aquí podemos ver.
También en una mesa quedaron Rosy, Pily, Caco y Orlando; nótese que Caco conservó su gorra.
Caco y Orlando dando cuenta de unos huevos rancheros muy bien servidos.
De repente Ivonne pidió la palabra para anunciar que precisamente el día de hoy cumplían 51 años de casados Irene y Carlos, por lo que al unísono entonamos las mañanitas.
Vemos a Carlos e Irene felices por el detalle.
Una cabecera de la mesa; al fondo pueden ver a Sergio que tampoco se quitó la gorra.
En la parte media captamos a Irene, Jose, Bruno, Ramón y Claudio; todos sin gorra porque no la usan.
La parte extrema, Joel, Margarita, Ladislao sin descubrirse la cabeza y Carlos.
Álvaro y Estelita en la otra cabecera; otra vez Ladislao con gorra.
El servicio fue excelente; cada quien ordenó a la carta y en 15 minutos ya estaban servidos todos los platillos.
La mayoría pidió huevos en sus diferentes modalidades, pero los que preferimos chilaquiles salimos ganando, pues fueron mejores a los que normalmente sirven en cualquier restaurante.
Otra foto más para que aprecien el ambiente (y la gorra de Sergio); Gonzalo, Cuca, Poleth y Miguel.
Ramón, Claudio, Ivonne y Sergio en plena acción
Cristy, Lalo, Judith, Loli, Efraín, Álvaro y Estelita.
Ya habíamos terminado y Sergio seguía con sus huevos.
Mostramos uno de los jarritos en que sirvieron los cafés y chocolates
Pero lo más artesanal fue el lavabo del baño.
Los últimos en salir.
Ivonne organizó una visita guiada al Museo Hnos. López Rayón, que fue la casa en donde nacieron los hermanos; interesante porque dan a conocer la vida, obra y entorno de esta familia; además; allí preservan y difunden la historia minera de la región. 
Al entrar nos encontramos con un patio en donde se ven algunos utensilios de esa época.
Y ya entrando al museo, lo primero que nos llamó la atención fue el piano que precisamente estuvo en el Teatro Juárez de El Oro.
También le llamó la atención a Carlos quien ni tardo ni perezoso pidió permiso para tocarlo, el cual le fue concedido por la encargada que también funge como Guía; tocó de maravilla 2 piezas, una de su tierra La Sandunga y otra internacional Las Hojas Muertas
No cabe duda que nuestro grupo se distingue por su entusiasmo, pues ¿en que museo habían visto bailar a los visitantes?
Hasta con vueltecita y toda la cosa.
Terminado el concierto de Carlos y el baile de Ivonne y Sergio, la guía inició su disertación.
Que captó la atención de los presentes.
Unas sentadas y otros de pie.
Como aquí pueden ver.
Y aquí.
Una de las pinturas que muestra la imagen de este personaje, cuyo nombre completo era José Ignacio Antonio López-Rayón y López-Aguado; nació en Tlalpujahua el 31 de julio de 1773 y falleció en la Ciudad de México el 2 de febrero de 1832; aunque sus otros 4 hermanos, Ramón, Francisco, José María y Rafael también participaron en la guerra de independencia, no se sabe como eran físicamente; solamente Ramón aparece en una pintura.
Estudió en el Colegio de San Idelfonso en la Ciudad de México, titulándose de Abogado en 1796; a la muerte de su padre, regresó a Tlalpujahua para dedicarse a los negocios familiares de la agricultura y minería.
Fue secretario del cura Miguel Hidalgo y Costilla; a la muerte de éste, encabezó el movimiento de independencia; redactó los Elementos Constitucionales y fue miembro de la Suprema Junta Nacional Americana y en 1813 formó parte del Congreso Constituyente que encabezaba José Ma. Morelos en Chilpancingo, que culminó con la Constitución de Apatzingán de 1814.
En 1817 cayó preso y así estuvo hasta 1820 en que fue liberado; al terminar la guerra fue elegido como tesorero del Gobierno de San Luis Potosí.
En esta pintura aparecen los hermanos Ignacio y Ramón con su apesadumbrada madre Rafaela, quien es considerada heroína por haber dado 5 hijos a la causa y, además, por un pasaje histórico que muestra su amor por la patria; resulta que en 1815 Ramón cayó prisionero de los realistas y condenado a muerte en Ixtlahuaca; se le ofreció a doña Rafaela el perdón de la vida de su hijo a cambio de mediar con los hermanos restantes y convencerlos de deponer las armas; su respuesta fue "PREFIERO A UN HIJO MUERTO QUE UN TRAIDOR A LA PATRIA"
Otro hecho histórico está vinculado con Leona Vicario, quien a finales de 1812 convenció a unos armeros vizcaínos para que se unieran al bando insurgente; una vez conseguido, se trasladaron a Tlapujahua, en donde estaba el campamento de Ignacio López Rayón, para dedicarse a fabricar cañones financiados con la venta de sus joyas y bienes; al año siguiente, Leona Vicario regresó a Tlapujahua para casarse con Andrés Quintana Roo; aunque no existe algún documento que lo compruebe, la boda se ha dado como un hecho debido a que estando enamorados, Andrés solicitó la mano de Leona pero su tío se la negó, argumentando que el joven era pobre; así que tuvieron que emigrar para casarse.
Y así seguía sin parar la guía.
Y nosotros muy atentos.
Todo lo explicaba con lujo de detalles.
Algunos documentos.
Pasando al tema de las minas.
Esta es una maqueta que muestra la grandeza de la mina más importante llamada "Dos Estrellas"; fue descubierta en 1899 y fue la primera productora de oro en el mundo entre los años de 1908 y 1913, obviamente explotada a través de compañías francesas e inglesas; en la maqueta se ven 8 niveles con una profundidad de 450 metros.
Salimos del museo y en el patio encontramos algunos objetos antiguos.
Como estos juguetes.
Unos patines Torrington 5 y una careta de cátcher; obviamente éstos no datan de aquella época.
Estelita no resistió la tentación de montar el triciclo, posiblemente de los años 40 del siglo pasado, juguete que por lo novedoso en un principio se le llamaba "velocípedo"
Una imprenta.
Aprovechamos para obtener una foto.
Tlalpujahua también es pueblo mágico; posaron para la foto Álvaro, Gonzalo, Cuca, Joel, Rafa, Felipe, Sergio, Cristy, Estelita e Ivonne.
No me lo van a creer; hacía 2 horas que habíamos desayunado y Joel, Rafa, Felipe, Sergio e Ivonne no se quedaron con las ganas de comer tacos de cabeza allí en donde ven las lonas blancas; de aquí pasamos por nuestras maletas al hotel y nos dirigimos a la entrada del pueblo que era en donde supuestamente nos esperaría el autobús, pero el chofer nos envió un mensaje dándonos a conocer que nos esperaba en el terraplén que después supimos era el estacionamiento del campo deportivo; así que el traslado lo tuvimos que hacer en taxi; moraleja: tener en cuenta la política de las empresas que rentan autobuses con operadores "primero la integridad del autobús que la seguridad de los pasajeros, siempre que éstos hayan descendido"
Tomamos camino hacia Lerma en donde , según el plan de Rubén, comeríamos tortas en el lugar más famoso: La Selva.
Nos tomaron esta foto a la entrada.
En este lugar hay tortas como de 20 combinaciones a un precio de $45.00 la más económica; esta que ven es jamón serrano con 3 quesos, mayonesa y lechuga a un costo de $65.00.
Nos acomodamos como pudimos, ya que las mesas son para 4 personas; aun cuando también es bar, pedimos agua de tamarindo.
Y cervezas.
Los Camacho y Los Rivera; al fondo Los Pecero sin Jose..
Los González y Los Fernández.
Los Bautista y Los Aguado sin Efraín, ya que en su lugar está Rafa (por lo de la chamarra).
Los Cuan.
Los Figueroa sin Luis Rolando y otra vez Rafa en su lugar; Los Quezada y Varea; a la derecha distinguimos a los Luna y al fondo a Narváez; no supimos en donde quedaron Los Palacios y Los Flores.
El restaurante (más bien la tortería) es muy amplia; hasta nos dimos un tiempo para sentarnos en una especie de fuente.
Más de cerca.
Pueden ver que todavía hay un techo largo por recorrer, antes de llegar a la banqueta.
Captamos a Lalo y a Caco antes de subir al autobús.
Entonces varios se juntaron para la última foto; abordamos el autobús y poco después nos dirigimos a la Ciudad de México.
Estábamos tan cerca que en una hora ya habíamos llegado a nuestro terruño.
Conclusión: agradecemos a Rebe la gentileza que tuvo al invitarnos a comer a Tlapujahua, ya que aprovechamos para conocer dos pueblos mágicos y algo de nuestra historia; agradecemos a Rubén todas las gestiones que hizo desde Cuernavaca para que nuestro programa saliera al pie de la letra, aunque lo extrañamos mucho; nos dio la impresión de habernos quedado sin guía; en el transcurso del viaje estuvimos en comunicación constante con él y lo notamos mucho muy mejorado; esperamos que organice la próximo y que ahora sí nos acompañe.

Comida jugada en el día más caluroso.

Mientras el termómetro marcaba una temperatura superior a los 30°C nosotros nos dábamos cita en La Rambla para continuar con nuestra tradici...