30 marzo 2015

Rafa y Zoilo cumplieron 75

Hoy celebramos los cumpleaños de Rafa Paredes y de Zoilo Mendoza; así como los ven, sólo cumplieron 75 años; captamos su encuentro antes de la comida, deseándose mutuamente felicidades.
Enrique Arana en el momento de felicitar a Zoilo.
El clásico brindis a cargo de los 9 comensales.
A un costado de la mesa vemos a Rafa tan contento que seguía brindando.
En cambio, el otro festejado, Zoilo, tan austero como siempre.
Aquí está el pastel que los compañeros obsequiamos a los festejados, a cambio del buen vino que ellos invitaron para corresponder.
Se prendieron las 2 velas.
Los 2 festejados, al unísono, tratan de apagar las velas.
Ya estuvo, parece decir Rafa.
Aquí estamos los únicos 7 que estimamos a Rafa y a Zoilo y que los acompañamos en este día significativo, pues no todos llegan a los 75; de pie Bruno Pecero, Enrique Arana, Armando López M., Zoilo Mendoza y Manuel Cantón; sentados este servidor Luis Rolando Figueroa, Vicente Rocha, Víctor Manuel Bernal y Rafa Paredes; 5 Electricistas, 3 Mecánicos y un Electrónico; creemos que la poca asistencia se debió al inicio de semana santa.
Sin embargo, a última hora llegó Juan Manuel Lucia sólo para felicitar a los cumpleañeros, ya que de inmediato se retiró.
Comimos, brindamos, jugamos dominó y al final la triste despedida, momento en el cual Rafa y Zoilo se volvieron a abrazar.

16 marzo 2015

Jorge Terán gran atleta Puma

Debido a mis ausencias de los desayunos mensuales que organiza la Asociación de Ex atletas, he perdido contacto con quienes fueron mis compañeros hace ya algunos ayeres; el día de hoy me entero que Jorge Terán falleció en diciembre del 2014 a la edad, estimo, de 80 años; seguramente en la Asociación debieron haberle hecho un homenaje, pero me quedo reflexionando sobre la grandeza de atletas cuyas hazañas no trascendieron más allá del círculo en que nos movíamos, por la sencilla razón de que practicaron un deporte amateur, en donde no hay intereses $$$$ y que, por lo tanto, son ignorados por los medios de comunicación; tal es el caso, creo, de Jorge Terán, gran corredor Puma de los 400 metros planos, seleccionado nacional para juegos Centroamericanos, Panamericanos y la Olimpiada de Roma en 1960; de técnica depurada y gran velocidad, le llamaban "El caballero de las pistas" y decían que eso lo había logrado gracias a que al principio de su carrera su papá le tomaba película de cada competencia en que participaba; bien sabemos de la rivalidad deportiva que hay entre el Politécnico y la Universidad, que en el atletismo no podía ser una excepción; sin embargo, tratándose de un deporte en el que no existe contacto físico y sí, en cambio, sacrificio y disciplina, nos llegamos a identificar de tal manera que lo más importante era superar las marcas personales; así, llegamos a tener grandes amigos del equipo puma y Jorge Terán fue uno de ellos; les muestro varias fotos.


En una cena del 7 de diciembre de 1985, vemos a Jorge Terán de traje azul marino a la derecha del "Gansito" Íñiguez; en la cabecera de la mesa está Gabriel Roldán y enseguida el "Chueco" Velázquez (q.e.p.d.); el primero de la izquierda es Victoriano Angüis; enfrente y de espaldas "Pantojo" Hernández (q.e.p.d.), Guille Peña y María de Jesús Muñoz

Un acercamiento de Jorge y "Gansito" en el mismo evento.

Una semana después, el 14 de diciembre de 1985, la Asociación de Ex jugadores de Futbol Americano "Burros Blancos Booster" nos otorgó un reconocimiento; en la foto "Chueco" Velázquez (q.e.p.d.), Jorge Terán, Carlos Cortés y este servidor; atrás del "Chueco" alcanzamos a ver a nuestro entrenador "Patón" Alanis.


Foto tomada durante un convivio el 18 de mayo de 1986; este servidor, José Ramírez C. "El Sonrisas", ?, Francisco Estopier (q.e.p.d.), Sandoval, Noé Hernández, Jorge Terán y Oscar Galindo "La Piragua"; en cuclillas "Chueco" Velázquez (q.e.p.d.).

Comida Baile efectuada el 24 de noviembre del 2001; estamos 4 Universitarios y 2 Politécnicos contrincantes en los 400 metros planos cuando éramos jóvenes; "Chueco" Velázquez (q.e.p.d.), Jorge Leal, este servidor Luis Figueroa, Jorge Terán, Jorge González y José Heredia "La Vaca"

En mayo del 2002, la Asociación de Ex atletas entregó un reconocimiento a Esther Osada; en la foto vemos a Carlos Yapur, "Rudy" Mijares, quien también asistió a la Olimpiada de Roma en 1960, Jorge Terán, Esther Osada y Roberto Procel, otro olímpico del 60.


Otra comida baile el 23 de noviembre del 2002; José Heredia, Jorge Terán, las esposa de Omar Fierro, ?, Rudy Mijares, ?, Luis Figueroa y Jorge González.


El clásico Huelum y Goya durante un desayuno el 16 de junio del 2012; vemos a Joaquín Aburto, Jorge Terán y Gabriel Roldán.

Esta fue la última vez que convivimos con Jorge; el mismo desayuno del 16 de junio del 2012; Esther Villalón, Carlos Jaliffe, Gabriel Roldán, Luis Figueroa, Jorge Terán y?
DESCANSA EN PAZ JORGE.







12 marzo 2015

Falleció Jorge Arlanzón Rivero


Estimados compañeros y amigos de la ESIME: con mucha pena les comunico que el día de hoy falleció Jorge Arlanzón Rivero, compañero de la Generación 55, hermano de Virgilio, compañero de nuestra Generación y de Miguel, compañero de la Generación 58; lo están velando en Jardines del Recuerdo en donde mañana será cremado a las 10:30 a.m.; convivimos con él en el CEN de AMIME cuando el Presidente era Mateo Treviño allá por los años de 1977; la última vez que nos vimos fue en septiembre del 2008 (anexo una foto en donde él es el tercero de izquierda a derecha, enseguida de Fidel Rebolloso).
DESCANSE EN PAZ Y NUESTRO MÁS SENTIDO PÉSAME A SU FAMILIA DE PARTE DE LA GENERACIÓN 62

 
 
 
 
Les comunico que se cambio el harario de la cremació...será a la una de la tarde

Arturo López Malo


 Estimados Compañeros de la ESIME

Me permito complementar el Mensaje de Luis Rolando

La Familia del Ing. Jorge Arlanzon informo que la capilla estará abierta hoy viernes hasta las 13:30 hrs

Se ofrecerá una Misa a las 12:00 hrs pm

Agradecen su presencia y solidaridad

Con afecto

Pablo Realpozo del Castillo



ESTIMADO LUIS ROLANDO, ES O ERA HERMANO DE VIRGILIO? DE IGUAL MANERA MUCHAS CONDOLENCIAS, DESDE ACA AGRADECEMOS TUS NOTICIAS Y FOTOGRAFIAS QUE NOS RECUERDAN A LOS COMPAS.CARLOS SAMANO.
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Mi mas sentido pésame a su familia. Un querido amigo y compañero de luchas gremiales. Descanse en paz.
Elías Valle



Lamentamos su AUSENCIA,

Q.D.E.P., y nuestro mas sentido pésame a su familia.

.: Leovigildo Miguel GIL SANTOS


DISCULPAS POR MI CORREO ANTERIOR, YA QUE NO HABIA BAJADO ESTE DONDE ME ACLARAS QUE SON TRES HERMANOS.IGUALMENTE SENTIDAS CONDOLENCIAS A LA FAMILIA, ARLANZON RIVERO; SUPONGO QUE VIRGILIO, YA NO ME RECUERDA. C. SAMANO
 

11 marzo 2015

Estadísticas 12° torneo de dominó

El pasado lunes 9 de marzo tuvimos nuestra reunión semanal y la jornada 9 del 12° torneo de dominó; debido al proceso evolutivo de quienes ya pasamos de los 70 años, se nos olvidó obtener la foto del recuerdo; a cambio de ello, a continuación mostramos las estadísticas que con gran sapiencia y dedicación prepara semana a semana Gonzalo Luna:
1.-Luis González S.---92.81
2.-Felipe Varea-------91.92
3.-Bruno Pecero------87.13
4.-Gonzalo Luna-----86.50
5.-Luis Rolando F.---85.82
6.-Enrique Arana----80.21
7.-Víctor Manuel Bernal---78.89
8.-Vicente Rocha----73.08
9.-Armando López M.--72.85
10.-Manuel Cantón---71.98
11.-Joel Narváez-------70.98

Sin clasificar todavía:
1.-Juan Manuel Lucia
2.-Gonzalo Farfán
3.-Héctor Barrera
4.-Rafa Paredes
5.-Álvaro González

Más zapatos dados Luis González S. (7)
Más zapatos recibidos Joel Narváez (7)
Más zapatos recibidos en una jornada Joel Narváez (4)
Más zapatos dados en una jornada Luis González S. (4)
Más puntos en un partido Luis Rolando F. y Gonzalo Farfán (163)
Promedio más alto por jornada Luis González S. (127)
Más puntos en un juego Luis Rolando F y Joel Narváez (74)
Mayor puntuación Luis Rolando F (4806)

Pueden ver que somos un grupo que toma el juego de dominó con la mayor seriedad posible; ojalá que otros compañeros de la Generación se unan a esta loable labor que estamos haciendo en bien de nuestra salud; los estaremos esperando.

10 marzo 2015

El Padre Lambert y el Politécnico

Gabriel Roldán "Wint" me envió un correo que recibió del Dr. Víctor Castillo agradeciendo a EAM el envío de un artículo escrito hace más de 60 años por Víctor M. Figueroa sobre el Padre Lambert; creo que esta historia la debemos conocer todos los egresados del IPN y por eso la subo a este blog.
Luis Rolando

Muchas gracias mi estimado Ernesto por enviarme este gran correo lleno de historia del football de nuestro querido Instituto; de hecho, como recordaras hace un par de años gracias a un escrito que tambien me proporciono el ex-jugador del IPN y egresado de la Esc. Sup de Medicina, Dr. Joel Oretga Villalobos, difundimos también la labor del coach Lambert J. Dehner . Recuerdo muy bien que en aquel entonces hice la reflexión de que alguien asi necesitaba el Politécnico, y alguien me dijo que de ninguna manera....que se necesitaban otras cosas. En una buena medida si, sin embargo sigo considerando que se requiere de una figura con valores, honesta y que desee hacer algo por el instituto. En especial, desde hace un año esos y demás valores son los que hemos estado inculcando en el programa de Football de los "Burros Blancos" incluso como bien lo sabes con el apoyo del coach Ing. Enrique Borda Tovar (ex-jugador del IPN y egresado de la ESIQIE).Inculcarles todo esto a los jugadores actuales ha sido muy difícil, pues por un lado no tenían nada de formación previa al respecto y mucho menos los aspectos historicos del football dentro de la institución. Por otro lado el jugador de hoy en día esta mas preocupado por cosas como que marca de uniformes van a usar, que al termino de la temporada sobre todo los de 5o año la utileria les pertenece, que por que se usa tal sistema y no otro...en fin , una serie de ejemplos positivos acorde a un jugador-estudiante ejemplar que se les dan empezando por el propio staff   y que terminan por echar a la basura. Yo no pretendo ser el coach Lambert, ni el coach Rodero, ni ningún otro gran coach que ha tenido el Poli, mi propósito es que los jugadores crezcan como tal y como personas ,solo que esto a costado mucho trabajo que los muchachos lo entiendan........"coach este año deberíamos jugar con cascos blancos y no guindas pues se ve mejor "...me dice un jugador que concluye su elegibilidad y que considera que su liderazgo va orientado en ese sentido, aunque no hubo ninguna revuelta en este sentido cuando usaron colores como el plata y el negro.??????  Esta es la manera de como piensan los muchachos de hoy; difícil de entender y de adaptarse; recordemos que también nosotros fuimos jóvenes y fuimos jugadores.Los tiempos y las generaciones han cambiado.
Saludos

DR. VICTOR CASTILLO

En especial a Victor Castillo Gomez Yunta, espero que lo imprimas y se lo proporciones a tus jugadores, y que se les quede grabado, que se juega por los colores, y por la camiseta bien puesta del IPN

Espero que lo lean todo: y observen algo fundamental: "TODO POR LOS COLORES"

Atte EAM


Al inicio de este año 2015 te comparto esta interesante historia publicada por el Diario ESTO en junio de 1953, acerca de uno de los mejores entrenadores que ha tenido nuestro querido Instituto Politécnico Nacional; al tiempo que hago patentes mis mejores deseos de éxito y progreso para ti y para todos tus seres queridos.ll & Sports
 
 

EL PADRE LAMBERT Y EL POLITÉCNICO
Por: Victor M. Figueroa
 
 
Primera Parte:  LA PRIMERA ESTANCIA EN MÉXICO
 
Fue en 1943 cuando por primera vez vino a México el Reverendo Padre Lambert. Apenas tenía un año de haber recibido la consagración sacerdotal. Vino por disposición expresa de su Abadía con el fin de colaborar con el padre Alcuino, también benedictino norteamericano, en la fundación de una misión para campesinos en Sahuayo Michoacán. Estos monjes benedictinos tienen varias instituciones en Puerto Rico, las Bahamas, Filipinas y México.
 
El Padre Lambert y el Padre Alcuino trataron de establecer cierto tipo de granjas agrícolas de experimentación con el fin de ayudar a nuestros campesinos a obtener un mayor rendimiento por sus cosechas, por medio de una técnica más avanzada. En estos trabajos el que fungía como jefe era el Reverendo Alcuino. Los resultados fueron regulares.
 
Hay que mencionar, en vía de explicación, que una de las normas o reglas de la Orden Benedictina, que ha prevalecido desde su fundación en la Edad Media hasta nuestros días, es el trabajo agrícola, el amor a la tierra.
 
Hay otra norma que debemos anticipar para que se comprendan mejor ciertas fases de la vida del padre Lambert. Es la que se refiere a la obediencia; nada pueden hacer estos religiosos si no es con la autorización previa del Padre Superior.
 
Bien, el padre Denher estuvo dos años en Michoacán. Tuvo los tropiezos naturales del aprendizaje del idioma, pero en cambio comenzó a conocer a nuestra gente y a familiarizarse con todo lo nuestro. Durante gran parte de ese tiempo el Padre Alcuino fue su intérprete, pues este ya hablaba bastante bien el español.
 
A principios de 1945 vino a la ciudad de México, comisionado para trabajar junto con un grupo de religiosos y religiosas también estadounidenses, que venían como personal docente a un colegio particular de la ciudad, el Tepeyac, de la Colonia Lindavista.
 

Ahí lo conocimos y se inicio una amistad que en lo particular, nos emociona y nos honra. Podemos decir que fuimos uno de los primeros amigos que tuvo el Padre Lambert en la ciudad de México.

Desde el primer momento, surgió el tema del deporte. Dijo que le gustaba mucho y recordamos bien que a las primeras de cambio, ya estaba en el equipo de Softbol que teníamos los profesores del Tepeyac. Jugaba la intermedia. ¡ Y como la jugaba! Bateaba como un desesperado, y era una liebre corriendo las bases. Por otra parte, era un espectáculo verlo alegar con los ampayers. Nos hacía reír porque siempre tenía una broma a la hora de discutir.

 Fue en esos días que nos enteramos que el fútbol americano era el deporte de sus amores. Como dijimos, al día siguiente de que dimos la noticia exclusiva de que ya no regresaba a México porque está gravemente enfermo, el Padre Lambert fue Half derecho en el Colegio de Saint Benedict, en Kansas, de 1934 a 1938 y que en 1936 su equipo fue considerado el mejor conjunto colegial de los Estados Unidos. Sus primeras actividades como Coach las realizo en el equipo de la Escuela Secundaria Maur Hill de Atchinson, Kansas.
 
Nos acordamos bien de que una tarde, recargados sobre la pared de uno de los edificios del colegio Tepeyac, el padre Lambert nos dijo: “Me gustaría mucho ayudar a algún equipo de México: no importa de que categoría”. El fútbol americano iba creciendo en México, y el encontraba la ocasión de volver al deporte que quería tanto.
Nos dio mucho gusto escuchar el deseo del Padre Lambert. Después de todo, nosotros también éramos enamorados del fútbol americano. Y seguimos siéndolo. Inclusive habíamos jugado dos temporadas.
 
Nos quedamos pensando a donde llevar este ofrecimiento sencillo y sincero del Padre. Y se nos vino a la cabeza la idea de que fuera al equipo de la Universidad. La cosa era clara; éramos universitarios. Por cierto que se iniciaba entonces la vida deportiva del Tapatío Méndez, quien había sido ayudante de aquel Mister Hoban uno de los pioneros del deporte del emparrillado.
 
Fuimos pues, a ver al equipo de la Universidad, presentamos al Padre con el actual Ingeniero Jorge Navas Portugal, que ha sido uno de nuestros mejores Quarter backs y que hasta hace poco tiempo fue ayudante del Tapatío.
 
Y comenzaron las amarguras para el Padre. Comenzaron a darle largas al asunto. Nos citaban un día, y otro, y otro, y nos mandaban a ver a fulano, y a zutano y a perengano. Parecía como que el Padre Lambert estaba ofreciendo algo desleal o indigno.
 
Nos mortificaba aquella actitud, pero le mortificaba más al Padre. Pero una noche, en una de aquellas citas “a la mexicana”, nos encontramos en el edificio de la Guay a Jorge Prieto Arguelles, aquel famoso “Pocho” Prieto, el extraordinario Quarterback de los Burros Blancos. Jorge Prieto era también profesor del Colegio Tepeyac. Le dijimos las cosas que estaban ocurriendo y fue hasta entonces que se entero que el Padre Lambert era Coach de fútbol americano. Por esos días había estallado una crisis en el equipo del Poli. Había salido el Sapo Mendiola y la escuadra esta sin jefe. Oiga, Padre, - le dijo el Pocho Prieto- ¿Por qué no se va con nosotros al Politécnico?
 
El destino comenzaba a tejer las redes que ligaron al Padre Lambert con el Politécnico. Y además, para siempre, porque él será del Poli mientras tenga vida, y aunque este lejos de Santo Tomas.
 
Segunda Parte: ¿POLITECNICO? ¿UNIVERSIDAD? ¡VAYASE USTED AL POLI PADRE!
 
Ante la pregunta que le hiciera el “Pocho” Prieto al Padre Lambert de que porque no se iba al Politécnico, que en esos momentos estaba sin Coach, el Padre Lambert se quedó por unos instantes pensativo. Posiblemente recordando todo lo que habíamos platicado en el Colegio, respecto de las características generales de los equipos y jugadores más afamados del país, el Politécnico y la Universidad. El contestó: “no sé, tengo un compromiso con Figueroa, ya veremos más tarde”.
 
El quarterback del Poli no cejó en sus pretensiones. Durante varios días estuvo trabajando sobre el asunto, pero, evitando la presencia nuestra por temor de que le hiciéramos interferencia. Así llegamos una mañana, que para nosotros es histórica en la vida del futbol americano en México, ya que iba a iniciarse una etapa, la más brillante de todas.
 
Muy temprano, posiblemente después de haber meditado muy bien sobre la cuestión, el Padre nos buscó en el Colegio y nos dijo:
 
-Victor, tengo que contarle una cosa: el Politécnico me ha hecho una proposición formal: me han presentado con los directivos y jugadores y todos están de acuerdo, pero no he decidido nada hasta no hablar con usted.
 
Debemos confesar que el Padre siempre nos honró con esa deferencia, desde que lo conocimos hasta ahora que nos envió esa carta, tristemente célebre, en la que nos comunicó, primero que a nadie el penoso resultado de los exámenes clínicos de Rochester.
 
Todos sus problemas, preocupaciones, alegrías nos las comunicaba, y dentro de nuestras modestas posibilidades, siempre hicimos hasta lo imposible por servir al amigo, por ayudar al religioso, por alentar al Coach.
 
Pues bien, en aquella ocasión, por unos instantes nos quedamos pendientes de las palabras del Padre Lambert. El, sin esperar que contestáramos, agregó:
 
Créame que no hare nada que usted no me diga. Además, estoy en cierta forma comprometido con usted, ¿Qué me aconseja?
 
-Padre. Le dije –después de haber repasado por mi mente muchas cosas de las que ya habíamos hablado, acerca de los jóvenes, de su formación, de la naturaleza de nuestras máximas instituciones docentes, etc. Creo que el lugar más indicado es el Politécnico, váyase usted al Poli, es ahí donde lo necesitan y en donde dado su carácter, usted podrá hacer mucho. Tendrá usted dificultades, porque ahí prevalece una corriente de tendencia liberal, pero es precisamente en ese lugar donde se puede hacer una gran labor.
 
El padre no dudó ya más, su afición al futbol aunada con su misión sacerdotal, lo impulsaban a la gran aventura. Fue en ese momento cuando surgió el más famoso coach que hayan tenido los bravos muchachos del Politécnico. El coach que suavizó muchas rebeldías, que impuso disciplina, que inspiró respeto y moralidad, y que se hizo querer como ninguno otro. Además fue el competente entrenador que llevó a sus muchachos a realizar sus más caros anhelos: derrotar al inveterado campeón, al Universidad.
 
Por nuestra parte, no dejábamos de sentir cierta tristeza, pues con la determinación del Padre, veíamos que se nos iba una esperanza, la de verlo en nuestro equipo de la Universidad, en donde seguramente también hubiera realizado una magnífica labor.
 
Fue así como el Padre Lambert entró al futbol americano en México, dirigiendo a un equipo de colorido y tradición y al que le dedicó sus mejores años. Fue él, el que le dio el gran impulso a este deporte y el que hizo posible que el futbol fuera lucha caballerosa y con un gran espíritu deportivo. Coadyuvo también a su adelanto técnico y a su mejor organización.
 
Durante su primera temporada como coach en México, su equipo gano 7 juegos y perdió uno. Utilizó el sistema de caja de Notre Dame y también formación “I”. La actuación del Politécnico en ese año de 1945 fue sencillamente sensacional, con un final de maravilla cuando en un partido inenarrable por la intensa emotividad, los Burros Blancos derrotaban a la Universidad por el apretado score de 13-12 arrebatándoles el campeonato que poseían desde hacía muchos años los universitarios.
 
Sera difícil olvidar algún día aquel espectáculo que ofreció la tribuna politécnica en el desaparecido Estadio Nacional, ante el triunfo de los “guinda y blanco”. Miles de antorchas improvisadas con periódicos se encendieron para externar el júbilo y la intensa emoción que en esos momentos vivía la fanaticada politécnica. Los jugadores del Poli lloraban de emoción, los de la Universidad de rabia. ¡Que grande fue ese juego!
 
Sal Padre Lambert lo pasearon en hombros, todos se abrazaban y se felicitaban y la algarabía politécnica no termino, ahí, recorrieron las calles de la ciudad hasta muy avanzada la noche, festejando el glorioso triunfo de su equipo, ahí quedaba impresa la primera pagina brillante de la historia de este coach que se convirtió en un ídolo del Poli y que ahora lucha contra una grave enfermedad.
 
Esa misma tarde la de su primera victoria fuimos a felicitarlo, no podíamos dejar de hacerlo, fuimos sus amigos, aunque nos dolía la derrota de nuestro equipo. Justo es decir también que para esa victoria indirectamente influyó un hombre: el “Sapo” Mendiola, el ex Coah del Politécnico, ese gran forjador de jugadores.
 
 
Tercera Parte: LO QUE LE FALTABA AL POLITÉCNICO
 
Un hombre influyó también en aquel glamoroso triunfo de los burros Blancos de 1945, cuando ya estaban bajo la guía del Reverendo Padre Lambert, fue el Coach del Politécnico: Salvador “Sapo” Mendiola. Hay que darle a cada quien lo que le corresponde. En esto debemos ser siempre justos.
 
 El “Sapo” Mendiola, con su gran pasión por el fútbol, había forjado grandes jugadores y había presentado en los torneos conjuntos de mucho colorido y jugando buen fútbol. Pero desgraciadamente, las cosas al final no le salían bien; faltaba algo. Era muy común ver durante las temporadas anteriores a la llegada del Padre Lambert, la misma historia, la misma fórmula con sus muchachos del Politécnico: Un comienzo de espanto, una potencialidad extraordinaria en los primeros partidos, al final, el rotundo fracaso, la impotencia, especialmente cuando se enfrentaban a la Universidad.
 
Cuando llegó el padre Lambert, tenía en el equipo que iba a dirigir, buen material humano que había salido de las manos del “Sapo” Mendiola. Pero ese algo que le faltaba al Poli que le impedía coronarse como monarca del fútbol, vino a dárselo el Padre. Ese “algo”, eran: confianza en los jugadores y un espíritu más elevado de deportivismo.
 

Después de ese gran triunfo de 1945, el Padre Lambert vino a ser un miembro imprescindible de la familia que constituía nuestro fútbol. Siempre fueron muy tomadas en cuenta sus observaciones y sus sugerencias. A el se le atribuye la implantación de las actuales reglas de elegibilidad.

 

La vida en el Colegio Tepeyac se iba sucediendo con toda normalidad. El Padre tenía además un puesto de carácter administrativo dentro de la Escuela. Comenzaba a ser el personaje más popular entre los alumnos e inclusive había ya muchos que por el Padre eran simpatizadores acérrimos del Politécnico. No se diga de las venerables religiosas y de los otros padres que estaban en el colegio, pues para ellos no había otro equipo que el de los “Burros Blancos”, aunque no supieran ni en donde se hallaba la institución a la que pertenecían. Todo era por cariño al Padre, que como hombre y sacerdote se hacía querer por todos, por su simpatía, su magnífico humor y su caballerosidad.

 
En aquel tiempo, el Colegio del Tepeyac tenía dos departamentos, el de varones y el de mujeres, los maestros éramos los mismos para dichas secciones. Una vez, en uno de los recreos, estaba platicando con nosotros el Padre Lambert. Nos encontrábamos en el patio de las muchachas, cuando de repente se acercan tres chiquillas como de quince años, y una de ellas, la más simpática y atrevida a la vez, le dijo: - tomando en cuenta que el padre sabia muy poco español – “Padre, es usted un mango”. No pudimos contener la risa, aunque debíamos aparentar sorpresa. El Padre, nos miró, interrogaba con la mirada, y de la manera más natural y tranquila nos preguntó: ¿qué es un mango? Y antes que le explicara, las muchachas corrieron a mezclarse con las que estaban jugando en el campo de recreo.
 
La apostura y buen presencia del padre Lambert le acarrearon muchas veces y en todas partes situaciones muy comprometedoras. Con frecuencia oíamos estas exclamaciones femeninas ¡Que Padre tan padre!, ¿Con este Padre si me vuelvo santa!, etc. etc. Y el Padre Lambert, que bien se daba cuenta de muchas de estas cosas, aunque no las entendiera, las tomaba despreocupadamente, sonreía y jamás volvía a acordarse de ellas.
 
En 1946, que fue el año en que regreso a Atchison, Kansas fueron dos las causas que lo orillaron a dejar México. La primera es que quería hacerse monje Trapense, es decir quería pasar a una Orden religiosa de más estricta disciplina. La Trapa, como en todo mundo se le conoce, es una derivación de la Orden de los Benedictinos que sigue más estrictamente las primitivas reglas que impusiera su fundador San Benito. Los trapenses no hablan y se imponen muchas privaciones. La segunda causa fue que su Abad lo solicitaba. Ante todo estaba la obediencia del religioso.
 
Cuando se supo de su viaje de retorno a los Estados Unidos, hubo un gran número de peticiones que llegaron hasta su Abad para que lo dejara aquí. Pero todo fue inútil. Naturalmente los que más sintieron el viaje fueron los muchachos del Politécnico, ellos también hicieron hasta lo imposible para retenerlo, pero nada se logró.
 
Ante esto no les quedo a los del Politécnico sino conformarse y organizaron en honor del Padre Lambert una cena de despedida. Esta se efectuó el mismo día en que iba a partir, en la misma casa donde el Padre vivía, en la casa de don Emilio Lanzagorta en la Colonia Lindavista. Como es de suponer, no podíamos faltar. Ahí nos congregamos sus amigos y sus jugadores y otro Padre Andrés Saldaña, mexicano que quiere mucho al Padre Lambert y que ahora también se encuentra en Atchison. Este Padre mexicano fue manager del equipo “guinda y blanco”.
 
Pues bien, aquella cena fue memorable y es otra de las cosas que guardamos muy dentro de nuestro corazón y que seguramente ninguno de los que estuvimos presentes habremos olvidado.
 
 
 Cuarta Parte:  ¡Y VOLVIO !
 
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Esa cena de despedida fue muy emotiva y constituyo una prueba de lo mucho que ya se le quería. Al principio fueron risas y alegría como deseando olvidar lo que era inevitable, pero, al poco tiempo tuvimos que enfrentarnos con la triste realidad. Comenzaron los discursos y comenzaron también a salir algunas lágrimas. Era digno de verse como aquellos atletas, aquellos fornidos muchachos que eran unos leones en las canchas, parecían unos chiquillos desolados.
 
Nosotros no resultábamos inmunes a la emotividad del momento, sentíamos un nudo en la garganta. No era para menos. El primero que hablo y fungió también como maestro de ceremonias, fue el Padre Andrés, luego el que esto escribe, y más tarde algunos de los muchachos del Poli. Es obvio decir que todo lo que se dijo fue pleno de sinceridad, de gratitud y de deseos vehementes porque aquello no fuera una despedida definitiva. También se hizo mención y se recalcó la magnífica labor que en tan poco tiempo había realizado el Padre Lambert en el Politécnico.
 
Al final habló el Padre Lambert. No recordamos haberlo visto tan emocionado como aquella vez. Sus palabras eran entrecortadas. En verdad tuvo que hacer un gran esfuerzo para conservar la ecuanimidad. Agradeció aquella prueba de amistad y de cariño, y nos deseo a todos todo el bienestar que pueda alcanzarse en esta tierra.
 
A estas alturas, era mayor el número de los que lloraban. Aun recordamos las lagrimas del Tarzan Saldaña ( q.e.p.d.), que se convirtió más tarde en un gran amigo del “Pibe” Vallarí, el que andando el tiempo cambio sus sentimientos hacia el Padre, Uriel González y muchos otros que no recordamos ahora. El más conmovido fue sin duda “Tarzan” Saldaña, y fue precisamente esa identificación de sentimientos, la que nos hizo después buenos amigos. La muerte de este noble muchacho, en un trágico accidente en Forth Worth, conmovió profundamente al Padre y a todos.
 
Padre Lambert 14.jpg Padre   Lambert 15.jpg 
 
Volviendo al asunto, solo nos queda decir que poco después de las palabras del Padre Lambert, de los abrazos, de las despedidas y de la bendición que nos impartió, abordo un automóvil que ya lo estaba esperando. El sentimiento llego a su clímax. No sabíamos si era una despedida para siempre, pero en nosotros ya quedaba indeleble el recuerdo de un gran hombre.
 
Al poco tiempo recibimos cartas suyas. Desde allá nos aseguraba que el Politécnico seguiría siendo campeón, ¡Como iba a olvidar a su equipo!, luego, durante largo tiempo no hubo comunicación entre nosotros. Por otros medios supimos que ya estaba con los monjes trapenses, pero poco después, también recibimos la noticia de que había enfermado, y debido a una intensa amibiasis, tuvo que regresar a su antiguo monasterio.
 
Durante esos años que no lo volvimos a ver, el Padre tuvo la pena de perder a su admirable madre, que como dijimos en días pasados, fue nombrada Madre Católica de América. Esto sucedió en 1947. En ese mismo año, el Padre hizo unos estudios de postgraduado en la famosa Universidad de Texas, en Austin. Esta Universidad es una de las más grandes y más bonitas de los Estados Unidos. Además, es famosa por su equipo de fútbol los “Cuernos Largos” llaman a sus integrantes.
 
Mientras tanto, aquí en México, se notaba que al Poli le faltaba el Padre. Los pumas volvían a reinar, y se hacían gestiones porque regresara el Padre Lambert. Inclusive fueron varias comisiones a Kansas, pero nada se pudo conseguir.
 
El equipo del Poli volvía a ser la victima de los Pumas; en 1946 perdieron por 29 a 13, en 1947 por 32 a 14 y en 1948 por 21 a 13, precisamente los años en que estuvo ausente el Padre.
 
Durante ese tiempo también hubo cambios en el Colegio del Tepeyac. Las muchachas se fueron a un nuevo colegio, el Guadalupe, el cual quedo bajo la dirección de las Madres Benedictinas norteamericanas – las mismas que se ponían en oración cada vez que jugaba el equipo del Padre Lambert – y en el Tepeyac se quedaron los varones con otros Padres Benedictinos que no pertenecían a la misma Abadía de los primeros. Mencionamos esto porque hay que aclarar que los únicos religiosos que conocían al Reverendo Padre Lambert, eran las Madres. Y fue precisamente la cabeza de ellas, la Madre Mildred Knoebber, la que influyó decisivamente para que regresara a México el famoso Coach del Politécnico. Ella lo solicito como capellán de su congregación, cosa que le fue concedida.
 
Debido a esta gestión, acompañada del clamor general de los polis, fue posible el regreso del Padre en 1949. El recibimiento que le tributaron en el casco de Santo Tomas fue indescriptible, apoteótico. La recepción oficial, presidida por las autoridades del Instituto, fue memorable. Inútil es decir que automáticamente quedaba al frente del equipo “guinda y blanco”.
 
Al día siguiente de su llegada, lo vimos en el comedor del Colegio Guadalupe. Antes de saludarnos, lo primero que nos dijo fue: “¿Cómo esta Universidad?” a lo que contestamos “Ganando”, y para llevarle la contraria como viejos amigos agregamos “ Y este año será también para nosotros”. El nunca olvidó nuestra filiación universitaria. Sin embargo fuimos siempre buenos amigos. Las Madres que en ese momento lo acompañaban, intervinieron de inmediato en la polémica. No habían dejado de ser partidarias del Politécnico y en ese momento menos, cuando festejaban el regreso del amigo, del sacerdote que iba a ser su director espiritual.
 


Quinta Parte: VOLVIERON A CAER LOS PUMAS UNIVERSITARIOS
 
El regreso del Padre Lambert en 1949 fue para nosotros motivo de profunda alegría, solo que no podíamos externarla en su presencia porque era enemigo de esas situaciones eufóricas. El siempre fue un ejemplo de equilibrio emocional.
 
Pocas veces, muy pocas veces lo vimos perder ligeramente esa ecuanimidad. No se crea, que no sentía o no vivía todo aquello que era trascendentalmente humano: al contrario, creemos que lo sentía como pocos, pero que no permitía que el corazón dominara al cerebro.
 
La prueba más admirable de su serenidad, la dio en esas últimas semanas que estuvo con nosotros, ¡Con que naturalidad y sencillez, sin darle importancia, nos contaba que su mal era ya muy grave!
 
Esos años de 1949 a 1953 que son los de su última estancia en México, pero que deseamos de todo corazón que no sean los últimos de su vida, son los más interesantes y extraordinarios de su carrera deportiva en nuestro país. Marcan, al mismo tiempo, la etapa de mayor impulso y grandeza que ha tenido nuestro fútbol americano. El último clásico, o sea el juego entre el Poli y Universidad de 1952, fue la prueba evidente de que el fútbol americano ha llegado a cimas insospechadas de madurez, de técnica y de espectacularidad. Y el Padre Lambert tiene mucho que ver con eso. Se llenarían muchas cuartillas si habláramos de esa época, que es a nuestro juicio la más brillante del deporte del balón ovalado. No reza en nosotros el adagio de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, aunque hayamos jugado entonces. La calidad pertenece al presente.
 
Pero nos concretaremos a mencionar las cosas más notables que estén relacionadas con el hombre que ayudo poderosamente a crear esta época de esplendor. Empero hay que consignar que también influyo notablemente en los destinos del fútbol americano aquella sorprendente y colosal victoria que alcanzaron nuestros aguerridos seleccionados en el memorable I Tazón de Plata de 1947, cuando derrotaron al potente equipo de Randolph Field en cuyas filas venían jugadores de la talla de “Doc” Blanchard, Arnold Tueker, Ginn Innos, verdaderas estrellas de los emparrillados norteamericanos. Este acontecimiento hizo dar un paso firme a nuestro fútbol. Pero fue hasta 1949 cuando se reanudo la marcha triunfal del fútbol americano en México, y uno de los dinamos que lo impulsaron fue el Padre Lambert.
 
En efecto, ese año comenzó a trabajar muy duro con sus muchachos. Empezó con la intermedia, vigilando y supervisando los trabajos de los entrenadores. Sus observaciones eran precisas y su empeño era volver a derrotar a Universidad en la temporada de Liga Mayor, anhelo largamente acariciado por los politécnicos venidos a menos. 
 
Este caro deseo no tardó mucho en realizarse. La tarde del sábado 19 de noviembre de 1949 ante un llenazo en el Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, volvieron a enfrentarse una vez más, los tradicionales enemigos. Pero, ahora la cosa era diferente. Los burros Blancos volvían a tener al hombre que tanto les había hecho falta, al Coach que los inspiraba, al estratega que los hacía triunfar. Y así en una conjunción de anhelos, de buena condición física y de técnica y empuje, el Padre Lambert llevó a los Politos a una victoria de 32 a 7.
 
La miel de este triunfo no la habían saboreado los del Poli desde aquel campeonato de 1945. ¡Y como la gozaron!
 
 

En ese juego hubo una clara superioridad de los jugadores de Santo Tomas sobre sus adversarios, dentro de un nuevo sistema que había impuesto el Padre, el de formación “T” de Illinois. La temporada habría sido redonda para los Burros Blancos de no haber sido por el descalabro que sufrieron más tarde contra el México City College, en donde ya figuraba el extraordinario Alex Esquivel, uno de los más brillantes jugadores que hayamos visto sobre los campos del país. Y a propósito, ese mismo año, en un juego nocturno que se efectuó el 14 de octubre, el México City College derrotó a Universidad en el juego más sensacional de todos los tiempos, por 32 a 26. Inútil es decir que la figura indiscutible fue Alejandro Esquivel. El mismo Padre confesaba al día siguiente que jamás había visto en su vida una cosa igual.
 
A pesar de esa derrota, como decíamos antes, que les causaron los “Aztecas” del City College a los del Poli, el Padre estaba satisfecho y los jugadores también, pues habían conseguido lo que tanto habían soñado: vencer a los Pumas. En eso se parecían los Polis a los equipos de Estados Unidos que solo anhelaban vencer a Notre Dame,
 
Al igual que en 1945, fuimos a felicitarlo y a pagarle la apuesta que habíamos hecho. Todo nos alegraba, porque por un momento nos olvidamos de la Universidad y pensábamos en el fútbol de México. Si, pensábamos que eso era lo que hacía falta; pelea, pugna, para que los equipos se superaran.
 
Sexta Parte:  ¡A QUE PADRECITOS !
 
En su segunda estancia en México, de 1949 a 1953, el Padre Lambert siempre nos dio la impresión de que estaría con nosotros mucho tiempo. Habíamos visto en el Colegio del Tepeyac como se iban unos Padres y llegaban otros. Cuando regreso el Reverendo Lambert en 1949, no había uno solo de aquellos que habían sido sus compañeros. Ya se había ido aquel que fuera nuestro director, el Padre Anthony Reilman: un gigantón con un corazón así de grande, que había sido también nuestra primera base en aquel inolvidable equipo de Softbol. Era un gran tipo. Tampoco estaban el Padre Andrés, ni el Padre Xavier Bentzen. Solo quedaban las Madres en el nuevo Colegio de Guadalupe como dijimos antes.
 
Los nuevos Padres solo conocían de oídas al Padre Lambert. Tenían curiosidad por conocerlo porque era mucho lo que se hablaba de él. Poco tiempo tuvieron que esperar, porque de pronto se les unió y la amistad que se creó entre ellos unida a la hermandad religiosa, fue muy fuerte y sincera, tanto así, que ahora los Padres del Colegio sienten profundamente la ausencia del amigo y compañero.
 
Pero iba a surgir una cosa curiosa entre ellos, si antes los demás Padres habían sido partidarios incondicionales del Poli, por esa simpatía y cariño al Padre Lambert, ahora del nuevo grupo surgía uno, el Reverendo Padre Burton Biorns, Director del Colegio, que se inclinaba por Universidad.
 
Debemos decir que este Padre Burton Biorns, era una autoridad en el fútbol. Fue jugador (quarter back) de una universidad de Minnesota y había seguido muy de cerca la evolución del fútbol moderno. Inclusive estaba enamorado del sistema de Oklahoma que había implantado entre sus muchachos, logrando una buena actuación en la última temporada de la Conferencia Juvenil y destacando en los comienzos de la actual. Nos referimos al equipo del Colegio del Tepeyac. El Padre Burton sabe mucho de fútbol y como Coach no desmerecería en lo más mínimo ante cualquiera de la Liga Mayor.
  



Pues bien, el Padre Lambert y el Padre Burton siempre tuvieron sus discusiones. Algunas veces interveníamos nosotros. Y era digno de verse lo que sabían esos dos señores de fútbol. Y como se daban bromas defendiendo a los equipos de sus simpatías.
 
Todas las tardes, hasta los últimos días que estuvo en México el Padre Lambert iba a correr al Colegio Tepeyac. Tenía una clase de inglés por las mañanas en un grupo de secundaria. Era simpático verlo cuando cobraba la quincena, pues figuraba en la nomina y siempre se encontraba con que le descontaban algo de lo poco que ganaba, por la comida u otra cosa, o por haber faltado un día. El asunto era que no le quedaba casi nada, producto de la broma que le jugaban los otros padres. Pero el iba muy serio cada día de pago a ver la nomina y después de enterarse de lo que le tocaba, le decía a la señorita secretaria con una seriedad que daba risa.
 
       Oiga Carmelita, ¿Qué no está equivocado eso?
       - No, Padre, está bien
       ¿Cómo que me tocan dos pesos y cincuenta centavos?
       -- Bueno Padre, recuerde usted cuantas veces comió aquí?
       ¡Ah que padrecitos!, Tendré que quejarme con mi abogado, y además voy a formar un sindicato de profesores oprimidos.
       Bueno, preste usted aquí – agregaba- tomaba el cojinete entintado, se mojaba el pulgar y ponía su huella digital.
 
Y es que siempre tuvo muy buen humor. Nadie podía estar serio a su lado. La broma y los chistes estaban siempre a flor de labio.
 
A pesar de que en los últimos años ya hablaba perfectamente el español, le gustaba con frecuencia decir tremendos disparates. Su alegría era contagiosa y sus chistes muy ingeniosos. Entre sus grandes aficiones, fuera del fútbol, figuraban los toros. Había que ver cómo le entusiasmaban. A cuanto paisano suyo llegaba a México, lo llevaba a las corridas. Fue un verdadero admirador de la fiesta. Y había que oírlo discutir y hablar de toros.
Otra cosa que también le llamó la atención fue el fútbol soccer. Le gustaba por la enjundia y el coraje de los jugadores. Otra de sus inclinaciones fue la música mexicana, así en aquella cena de despedida en 1945, se cantó muchas veces “La Barca de Oro” que era la favorita del padre. Muchas otras canciones fueron de su agrado. Le emocionaban y había que ver la curiosidad que le causaban los mariachis.
 
Fue también memorable el primer viaje que hizo a Acapulco en compañía del Profesor Juan Martínez, Uriel González y otras personas. Se divirtió mucho en el bello puerto guerrerense. Pero volvamos al fútbol, para ver lo que el Padre realizó en los siguientes años. Relatábamos que los del Poli volvieron a obtener el cetro en 1949, gracias a la labor del Padre Lambert. Para 1950, los mismos Burros Blancos iban a tener una buena temporada.
 
Séptima Parte: AQUELLA TEMPORADA DE 1950
 
La temporada de 1950 fue perfecta para los del Politécnico. Su record fue de ocho victorias, incluyendo un triunfo internacional, cero derrotas y ningún empate. El Padre Lambert estaba satisfecho de la victoria sobre los Pumas el año anterior, pero no del sistema que había empleado, porque aquella derrota ante los Aztecas del México City College y el empate con el equipo del Colegio Militar, lo hicieron pensar que había necesidad de cambiar de estrategia. Y, así lo hizo. De la formación “T” de Illinois que utilizó en 1949, pasó al sistema de formación “T” de Notre Dame en 1950.
 
Con el nuevo sistema los Polis llegaron a ser una máquina de jugar fútbol. Fueron incontenibles casi por dos temporadas y llegaron a sumar 16 victorias consecutivas ¡Un verdadero record!. El Padre era de opinión que no se cambiara de sistema mientras se ganara, Decimos esto porque hubo muchos que lo criticaron porque no cambiaba.
 
Nosotros que en ese tiempo habíamos iniciado nuestras actividades periodísticas relacionadas con el fútbol americano, con mucha frecuencia le preguntábamos al Padre Lambert, sobre tal o cual fase de alguno de los juegos en donde había participado su equipo. Y había que oírlo con que precisión, claridad y conocimiento de causa explicaba la jugada. Se sabía de pe a pa hasta el más mínimo detalle y conocía, además – sin que esto se tome como una exageración – las reacciones psicológicas de sus muchachos. Una vez le criticábamos que hubiera mantenido a un hombre en la defensiva, que estaba de backeador, y a tal distancia que no cubría de inmediato un hueco por donde el enemigo estaba ganando yardas. Y con mucha sencillez nos explicaba: “Ese hombre jugó perfectamente. Cumplió con la formación defensiva que se le mandó. Recuerde que faltaban pocos minutos para que terminara el partido y era preferible darle al contrario tres o cuatro yardas a que nos sorprendiera con el touchdown. En ese lado aquel hombre era clave para evitar cualquier sorpresa”.
 
Las características del fútbol que practicaron los Burros Blancos en 1950 y 1951 fueron las siguientes: juego sobrio, penetrante y demoledor. No tuvo florituras y muchas veces careció de alegría, pero en cambio, fue preciso, matemático y devastador. ¡El juego de una máquina!, Si bien en otros equipos los jugadores a veces jugaban para las tribunas, en el Politécnico tal parece que la consigna era exclusivamente jugar para los colores y por el prestigio de la Institución. Lo demás vendría por añadidura.
 
Ahora bien, si el Padre había hecho una buena labor en 1945, era evidente que la superó después. Le dio a su equipo un prestigio que jamás había tenido. Realizó un verdadero apostolado entre los muchachos y como Coach forjó un equipo de gran categoría. Estableció, además el espíritu de unión entre todos… El Politécnico jugaba como un solo hombre. Ojala que siga así, ahora que el Padre Lambert ya no estará en el timón.
 
Claro que no le faltaron al Padre enemigos gratuitos, camarillas que siempre lo hostilizaron. Cuando hubo un fuerte movimiento en el Politécnico, de carácter ideológico, el blanco de los ataques fue el equipo de fútbol americano, pero más directamente el Padre, que era el símbolo del respeto y la armonía entre todos. En alguna ocasión los incidentes estuvieron a punto de obligarlo a dejar el equipo. Pero después las cosas se compusieron en parte y como primera providencia llevó al equipo a otro campo de entrenamiento. Y ya que hablamos de las cosas que sufrió el Padre Lambert por razón de la autoridad moral que ejercía con su bondad, hay que mencionar crueles y despiadadas críticas que recibió a lo largo de la temporada de 1952, cuando ex jugadores del Politécnico – cuyos nombres no vale la pena mencionar, trataron inútilmente de manchar la labor del Padre – No lo bajaban de inepto y de anticuado; aquello fue la más grande ingratitud que hayamos visto y no nos explicamos todavía como no hubo muchachos bien nacidos del Politécnico que hubieran hecho callar a esos amargados.
 
Ahora todos saben ya de la gravedad del Padre Lambert y que esta enfermedad ya la tenía en ese tiempo, ahora comprenderán la talla y la nobleza del hombre que se ha ido en silencio como hacen los hombres que valen. Creemos que hoy más que nunca, el Politécnico y todos los buenos aficionados deben por todos los medios posibles, manifestarle al Padre lo que se le quiere y lo que se le agradece todo lo que hizo por el famoso escuadrón de los Burros Blancos y por el fútbol americano de México.
 





Visita al Asado Argentino

Para no perder la costumbre de visitar restaurantes gourmet, hoy acudimos a "El Asado Argentino", ubicado en la calle de Dinamarca...